La duda ha quedado resuelta: será el príncipe Carlos quien acompañe hoy a Meghan Markle al altar para su boda con Enrique de Inglaterra. El heredero al trono británico ocupará el lugar del padre de la novia, quien enfermó unos días antes del enlace.
El futuro suegro de Markle llevará a la actriz británica del brazo hasta el altar de la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, anunció ayer el Palacio de Kensington. Según la oficina de prensa del príncipe Enrique, Carlos de Inglaterra “está contento por poder dar la bienvenida a la señorita Markle a la Familia Real de esta forma”.
Los rumores sobre quien sustituiría al padre de la novia, Thomas Markle, se dispararon el jueves tras el anuncio de que no acudiría al enlace por problemas de salud. Las apuestas sugerían que sería la madre de Markle, Doria Ragland, la que tendría ese honor.
A diferencia de Ragland, el padre de Enrique tiene una vasta experiencia en eventos de alto perfil con grandes medidas de seguridad. Según el Palacio, Markle habría pedido a Carlos que fuera su acompañante.
La noticia surge en medio de fastuosos preparativos para la boda. Las banderas británicas han sido izadas, las barreras de seguridad están en su lugar y los admiradores se están posicionando ya para no perderse el espectáculo que tendrá lugar en Windsor, a 40 kilómetros al oeste de Londres.
El Palacio de Buckingham anunció también que el duque de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II, asistirá a la boda a pesar de que apenas hace unas pocas semanas fue operado para un implante de cadera. El duque de 96 años de edad está mayormente retirado de actividades públicas y no se sabía con certeza si estaría en condiciones de asistir al evento.
No es la primera vez que una novia en la realeza no es acompañada al altar por su padre. La hermana de la reina, la princesa Margarita, ya fallecida, fue acompañada por el príncipe Felipe. La reina Victoria acompañó al altar a dos de sus hijas.
Además, la madre de Meghan, Doria Ragland, se reunió ayer por primera vez con la reina Isabel II de Inglaterra y su esposo Felipe, mientras los príncipes Enrique y Guillermo sorpresivamente saludaron por la noche a personas procedentes de todo el mundo que aguardan por la boda real en Windsor.
Ambos príncipes, de excelente humor, estrecharon muchas manos y dialogaron con adultos y niños. La multitud que aguardaba tras las vallas profirió gritos como en un concierto de música pop.
Doria Ragland, de 61 años, fue recibida en el Palacio de Windsor, según informó el Palacio de Buckingham. En el encuentro, que tuvo lugar al oeste de Londres, también estuvieron Meghan y Enrique.
El príncipe ha elogiado en otras ocasiones a su futura suegra, una trabajadora social. El príncipe todavía no conoce al padre de la novia.
El príncipe y la actriz estadounidense durmieron ayer en hoteles distintos. Enrique y Guillermo pasaron la noche en Coworth Park, un hotel de lujo con spa cerca de Windsor. Markle y Ragland dormirán en el Cliveden House Hotel.
Markle comentó ayer por la noche a periodistas que se siente “maravillosamente”, al arribar junto con su madre al hotel cerca de Windsor.
Después de la ceremonia, Enrique y Meghan pasearán durante unos 25 minutos en una carroza descubierta por las calles de Windsor. Por todas partes se ven ya dispositivos de seguridad.
La Policía prohibió lanzar el tradicional confeti durante el paseo en coche de caballos.
"Por favor, no lancen confeti ni otros objetos en ningún momento durante el día, especialmente durante el cortejo”, tuiteó la Policía de Thames Valley.
espectáculos
.jpg)
