La visita del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a Alemania, ha recordado que no ha hecho los deberes, a pesar de ostentar el Premio Nobel de la Paz.
Incluso antes de llegar a Berlín describió la situación de “vaso medio lleno, difícil de llenar”, un año y medio después de la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ahora buscan insertarse a la vida política como Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
El jefe de Estado alemán, Frank Walter Steinmeier, quien en noviembre de 2016 era ministro de Asuntos Exteriores, recibió este miércoles con honores militares a Santos en su palacio de Bellevue, la residencia presidencial.
Como una muestra del apoyo de Alemania a la aplicación del acuerdo de paz, Sabine Kurtenbach, del GIGA-Institut de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo, dijo que es un “gran logro” el hecho de que, como mínimo, se haya conseguido parar la violencia entre el gobierno y las FARC después de 50 años.
La esfera política alemana ha aplaudido los logros del presidente colombiano, pero asociaciones defensoras de derechos humanos y organizaciones no gubernamentales (ONG) alemanas han criticado al político colombiano por no haber cumplido con sus promesas.
Hubo una manifestación frente al Museo de Ciencias Naturales de Berlín, convocada por la Asociación Unidos por la Paz.
En el lugar, Danuta Sacher, de Brot für die Welt (organización de la Iglesia Portestante alemana cuyo nombre en español es Pan para el mundo), afirmó que no ha habido mejoras en las zonas rurales y que “la inseguridad” sigue siendo un problema diario para muchos colombianos.
Otro aspecto criticado por las organizaciones no gubernamentales alemanas es la falta de protección de activistas y defensores de los derechos humanos colombianos, ya que en lo que va de año han muerto 46 activistas en el país sudamericano.
Betina Beate, de Misereor, una de las asociaciones caritativas católicas alemanas más importantes, opinó que si el gobierno alemán se muestra poco crítico con la lentitud de la aplicación del proceso de paz es debido a la inversión de centenares de millones de euros realizada con fondos de la Unión Europea (UE) y de Naciones Unidas (ONU).
En 2017 Alemania destinó 4.88 millones de euros (5.78 millones de dólares) en ayuda humanitaria.
En 2016, cuando la violencia todavía no había terminado de forma oficial, fueron 7.96 millones de euros (9.44 millones de dólares), según el Ministerio de Exteriores alemán.
Si se contabilizan las ayudas alemanas recibidas en Colombia a través del Ministerio alemán para Cooperación Económica y Desarrollo, éstas fueron de 327 millones de euros (387 millones de dólares) entre 2015 y 2016.
Esta será una de las últimas visitas oficiales de Santos, de 66 años de edad, como presidente dado que después de dos mandatos no puede volver a ser candidato en las elecciones que se celebrarán en la primera ronda el próximo 27 de mayo.
Entre los candidatos no se augura un sucesor claro de los valores y de la defensa del acuerdo de paz impulsado por Santos.
Mañana jueves el presidente colombiano será uno de los invitados especiales en la Jornada de los Católicos Alemanes que tendrá lugar de miércoles a domingo en Münster, en la región occidental de Renania Westphalia.
El sábado 12 de mayo, Santos y la canciller federal Ángela Merkel estarán en Assisi, en Italia, donde Merkel recibirá el premio de la “Lámpara de la Paz”, galardón que fue otorgado a Santos el año pasado.
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