Dr. Jaime Chalita Zarur | 30/04/2018 | 02:36
LA PERDICIÓN DEL QUEHACER social y político nunca había estado tan al descubierto como ahora y dejado tanta suciedad evidente. Reencontrarnos y reconciliarnos como sociedad, requiere dosis de humildad para consensuar y tener acuerdos que sirvan a todos. Usar la más alta tribuna del Estado, para señalar infundios, es perverso.
Las controversias de esta, casi extinta y malograda Legislatura, en donde no terminan las desilusiones y escándalos de corrupción, manchando el quehacer político del Estado y provocando el hartazgo social, han lastimado a la ciudadanía que, pareciera desde la óptica de algunos legisladores, que es la ciudadanía la que tiene la culpa. Posibilidades de que así sea pueden existir, iniciando porque la sociedad ha tenido que aguantar agravios inmerecidos de parte de algunos en sus curules.
ESCÁNDALOS POR DONDE QUIERA dejan estela de vergüenza; para muestra solo algunas, amén del dinero mal habido. Algunos como raperos en campaña, y con recursos públicos, buscando resarcir los escándalos que inmersos se han visto, atropellando en uso de su investidura, la que les queda muy grande, hasta a las autoridades investigadoras de delitos, pensando que son policías o bailando solícitos dentro del recinto al que le deberían respeto y jamás lo entendieron así. Populismo puro.
ALGUNOS OTROS, INMERSOS EN pleitos y/o boxeadores profesionales que han decidido retar a golpes a quienes difieren de sus populistas posturas, como aquello de enviar un caño a Las Lomas de San Luis, amén de los recursos que muchos se han robado de lo correspondiente a lo público. Sin importarles el sentir social, descalifican a quienes aportan para pagar sus sueldos. Vergüenza ajena.
DESCARO PARECERÍA UN calificativo suficiente en tiempos honorables. Decepción del poder público en cuanto a ir acotando la desfachatez de algunos, es apropiado. Es apropiado decir que estamos en tránsito de una democracia representativa a una de participación ciudadana, ello no ha sido sencillo ni fácil, sin embargo la ciudadanía está dando importantes avances en la presencia de mayor sociedad en las decisiones de Estado.
LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA Patria, desde la familia, el municipio y nuestra Entidad, es un camino largo y quizá difícil, pero muy seguro. La rapidez estará en función del comportamiento de la sociedad, anteponiendo siempre el beneficio común y lograr llegar a él. Defender posturas personales o de candidatos es un grave error, así nunca seremos fuertes.
TODOS PODEMOS APORTAR ALGO al bienestar de la colectividad, desde las acciones de la colonia, hasta las propuestas de políticas públicas que favorezcan nuestro entorno.
EN LOS GRANDES RETOS DE modernización del Poder Legislativo Federal y de los estados, la sociedad tiene una participación decisiva. Es aquí, en este Poder, el Legislativo Federal y de los estados, donde se tiene que iniciar la transformación de nuestra Patria, siempre escuchando a los representados. México se presume como un Estado fundamentando en leyes, así, la transformación de nuestra Patria tendría que ser; pero en la estulticia personal, aún siendo legisladores, algunos no lo entienden y se rehúsan a obedecer a quienes pagan sus salarios, no sólo eso, los insultan escudados en su impunidad.
LA DESESPERACIÓN DEL AVANCE de la sociedad civil para definir nuestro rumbo, tiene nerviosos a diferentes actores de la vida política de nuestro país. Ante la pérdida de confianza en el sector público y sus candidatos, ha sido la sociedad la que ha tomado y, con su aliado permanente, las redes sociales, el destino que deseamos para nuestro bien, apartándonos de los políticos corruptos, como ha muchos.
#NoVotesPorCorruptos
@ jaimechalita