Por lo menos, el candidato presidencial del PRI José Antonio MeadeKuribreña tuvo la sensibilidad y el cuidado de arrancar su campaña con el compromiso de ser el primer presidente de México sin fuero, protección constitucional en la que se han escudado varios de los que han pasado por Los Pinos para no hacer frente a la responsabilidad penal que ameritaban algunas de sus acciones contrarias al interés general de la nación y de los mexicanos cuya eliminación constituía una de las demandas más sentidas de los sufridos habitantes de este país.
Coincidentemente, su propuesta viene a empatarse con uno de los actos de gobierno de mayor importancia del gobernador Juan Manuel Carreras López al impulsar y promover la derogación de esa figura constitucional a fin de que los diputados, alcaldes y funcionarios estatales incluido él quedaran fuera de ese escudo protector y puedan ser juzgados como cualquier hijo de vecino en caso de cometer ilícitos, lo que durante los dos últimos años, principalmente, se convirtió en una ruidosa exigencia de los mexicanos, particularmente a través de las redes sociales indignados por el impedimento de ver en el banquillo de los acusados a expresidentes como Vicente Fox por las tropelías de sus hijastros o a Carlos Salinas por haber hecho una venta de garaje con las empresas del estado como Telmex, imevisión y demás, así como a Ernesto Zedillo por el fraude del fobaproa o a Enrique Peña por la casa blanca.
Según analistas expertos con esta propuesta Meade superó en impacto a sus rivales, como Ricardo Anaya quien con su promesa de luchar por el bienestar de las mujeres pareció que estaba dando lectura a uno de sus spots propagandísticos que nada nuevo aporta o propone a las miles de ocasiones que muchísimos candidatos la han hecho durante los últimos años, mientras que la candidata independiente Margarita Zavala al iniciar campaña no se apartó del guion que ha venido siguiendo respecto de autoproclamarse la candidata del pueblo, frase que repiten, y seguirán repitiendo incansablemente, los maestros de ceremonias encargados de calentar el ambiente de los mítines de los candidatos a cualquier cargo de elección.
Por lo que hace al abanderado del frente juntos haremos historia, Andrés Manuel López Obrador tampoco se alejó de la línea discursiva que ha venido siguiendo por cuanto a prometer que “ahora ” no engañará” a nadie prometiendo una transformación del país para lo que nomás falta que muestre la varita mágica con que lo hará.
Por otra parte, fue notorio que Meade no cayó en la tentación de acudir a viejas prácticas engañosas como esa de iniciar la campaña con un acto multitudinario pletórico de acarreados y matraqueros pagados pues los medios críticos no le reprocharon algo en ese sentido lo que hizo respirar tranquilos a miles de priistas deseosos de ver que se superan mañas del pasado y se intentan cosas novedosas que se ajusten y respondan a lo que realmente quieren los mexicanos como en este caso fue la propuesta de poner fin al fuero que protege a los presidentes, para ser el primero, si gana, que estará al alcance de ley en caso de caer en ilícitos con lo que hizo la diferencia en los arranques de campañas presidenciales.
DEL TINTERO
De no remendar las desgarraduras que enfrenta el tejido del panismo potosino, difícilmente Xavier Azuara Zúñiga regresará con tranquilidad a la directiva estatal del partido, lo que podría dar lugar que regrese a poner orden el líder del círculo azul Juan Pablo Escobar Martínez pues no se ve cómo el oriundo de Tanquián pueda limar asperezas con los panistas aldeanos agraviados por su decisión de repartir las candidaturas entre sus cuates del CDE con lo que hasta blanquiazules históricos parecen estar de acuerdo.
