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salud

El síndrome de fatiga crónica podría estar vinculado con la tiroides

Notimex | 21/03/2018 | 22:40

En el mundo, en total hay más de 17 millones de personas que la padecen y es 4 veces más común entre mujeres que entre hombres. Se trata del Síndrome de fatiga crónica o  encefalopatía miálgica (ME por sus siglas en inglés), una dolencia que provoca fatiga extrema, dolor en las articulaciones y en la cabeza, problemas de memoria y se desarrolla entre los 20 y los 40 años. Pero hasta ahora, debido a la falta de pruebas, era considerada por muchos como un desorden psicológico.
 
Pero, en los últimos años, varios estudios han aportado indicios de que la fatiga crónica puede ser una enfermedad real con unas causas físicas. La última de estas investigaciones la han realizado especialistas del University Medical Centre Groningen, en los Paises Bajos. Los investigadores han detectado la existencia de un vínculo entre este mal y los bajos niveles de dos hormonas producidas por la glándula tiroides, concretamente la triiodothyronine (T3) y la thyroxine (T4). Hace falta más estudios para descubrir a que se debe esa relación, pero los análisis revelaron que mientras los niveles de dichas hormonas eran normales en las personas sanas, en quienes padecían fatiga crónica eran alarmantemente bajos.
 
Y no es el primer estudio que establece la existencia de una posible causa física. Ya en 2016, otra investigación realizada por expertos del Centro de Infecciones e Inmunología de la Universidad de Columbia, encontró por primera vez evidencias de que se trata de una enfermedad biológica. El equipo descubrió 51 biomarcadores en el sistema inmune específicos de personas con este síndrome.
 
Los investigadores analizaron el sistema inmune de 298 paciente que convivían con ME desde hacía al menos 3 años y los compararon con un grupo de control, 348 individuos sanos de ambos géneros y diferentes edades. Los pacientes diagnosticados con encefalopatía miálgica mostraron en los estudios un aumentos de unas moléculas que regulan las respuestas inmunes, las cotiquinas y en particular de la interferon gamma, que ya había sido vinculada previamente con aquellas personas que experimentan fatiga después de sufrir una gripe u otra infección viral.