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Esta empresa de EU no quiere que Trump acabe con el TLCAN

Agencias | 19/03/2018 | 08:39

Norteamérica como bloque es más fuerte que como tres países independientes. Ese es el argumento que Karan Bathia ha utilizado con sus amigos y excolegas en el gobierno de Estados Unidos para no romper, aunque sí modernizar, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Bathia fue subsecretario de comercio estadounidense entre 2002 y 2007 y ayudó a negociar varios de los tratados comerciales que tiene ese país actualmente.

Ahora es vicepresidente global de asuntos de gobierno y política de General Electric (GE) y cabildea con gobiernos de todo el mundo a favor de los intereses de la compañía.

“Nosotros apoyamos al TLCAN desde su concepción, GE ha sido un creyente en el poder de las tres economías. México, Estados Unidos y Canadá, juntos, son muchos más fuertes que individualmente, y creo que esa fortaleza ha crecido a través del tiempo”, explicó a Bloomberg Businessweek México en entrevista en la Ciudad de México.

“Estamos en un mundo que es una caja de comercio y Norteamérica necesita estar integrada para ser competitiva globalmente”.

Para GE, asegura, el tratado comercial implicó la posibilidad de integrar algunas de sus cadenas productivas y realizar inversiones en los tres países. De esa manera, sus productos toman diseños, softwares y componentes de toda la región para ser llevados a todo el mundo.

Además, los tres países son consumidores activos de sus productos. Solo el año pasado, las ventas de la compañía en México sumaron 2 mil millones de dólares, cantidad similar a la observada en Canadá, todo ello, bajo el paraguas del tratado comercial trilateral firmado en 1994.

Entre los rubros que se pueden modernizar, Bathia asegura que en los sectores de tecnología y energía están las mayores oportunidades para su empresa. El primero de ellos, debido a que sus equipos cuentan con una enorme cantidad de software y sensores y con ellos se podría mejorar la infraestructura industrial de sus clientes en cada país.

En el segundo sector, las oportunidades surgieron debido a la reciente reforma implementada en México, que abrió un abanico de posibilidades en el mundo petrolero y también en el eléctrico

 

Apuesta local

La presencia de GE en México no es limitada. Su plantilla cuenta con 10 mil empleados, 15 oficinas y un centro de innovación en Querétaro. Este último está dedicado a producir equipos de generación de energía eléctrica, equipos de aviación y transportación, y para su división de cuidado de la salud.

“Nosotros manufacturamos, y no sólo eso, también innovamos en México, de formas que ayudan a fortalecer nuestra competitividad alrededor del mundo”, aseguró el directivo.

Bajo un contexto en el que tanto congresistas como sindicatos en Estados Unidos y Canadá han señalado la necesidad de elevar los salarios en México y poner el piso parejo en esa materia en la región del TLCAN, Bathia asegura que la presencia de la firma en México no tiene que ver con los niveles salariales.

“Basamos la producción en México porque tenemos una fuerza de trabajo muy talentosa, por su especialización en aviación y en cuidado para la salud. Eso hace a México en una opción muy competitiva para incluirla en nuestra cadena de suministro global y para ser un socio de producción en Estados Unidos”, explicó.

 

Inversión energética, sin importar la elección

En mayo de 2017, Jeff Immelt, entonces CEO global de GE, dijo que la reforma energética era justo lo que México necesitaba y que ese sector era el que más le entusiasmaba a su compañía.

Nueve meses después, ya sin Immelt al frente, GE asegura que seguirá apostando a ese sector en el país, sin importar cuál sea el candidato que llegue.

“Hemos estado en México por más de 100 años y hemos trabajado con diferentes gobiernos. Vamos a trabajar de cerca con quien sea que llegue a la presidencia”, dijo Bathia.

El directivo reconoció que los avances en las reformas estructurales no siempre son fáciles ni populares, pero el hecho de que México haga cambios, en momentos en el que otros países en el mundo incluso van en retroceso, es muy positivo.

La apuesta de GE, en concreto, es seguir incrementando su participación como socios de CFE y de Pemex, pero también está en busca de oportunidades con los nuevos jugadores, es decir, con aquellos generadores de energía independientes que entrarán al país ahora que el sector está abierto.

“CFE ha sido un muy buen aliado por muchos años. Trabajamos muy cerca de ellos en lo que se refiere a generación de energía y estamos buscando otras oportunidades con ellos”, asegura. “También trabajamos con muchos generadores independientes para continuar creciendo”.

Como parte de sus proyectos, GE informó el año pasado que participará en la licitación de la línea de transmisión de corriente directa del Istmo de Tehuantepec al centro del país. Esta red contará con poco más de mil 200 kilómetros circuito y la tecnología utilizada permitirá disminuir las pérdidas en la transmisión.

 

Problemas en la bolsa

Todos los planes de GE, tanto en México como en el resto del mundo, se ensombrecen con el desempeño en el mercado de la empresa en los últimos meses.

Sus acciones cayeron 13 por ciento en febrero, marcando su decimosegunda caída consecutiva.

Esta racha negativa es la más larga registrada por la compañía en el mercado de valores desde 1971, cuando Bloomberg comenzó sus registros. El total de las pérdidas para las accionistas: 138 mil millones de dólares.

El presidente ejecutivo John Flannery, quien tomó el timón en 2017, ha recortado costos y remodelado la cartera para sacar a GE de una de las peores depresiones en sus 126 años de historia. La compañía se ha enfrentado a varios desafíos, desde la disminución de la demanda de equipos industriales a una investigación de la Comisión de Valores y Cambio de su contabilidad.