El Sol de México regresó a tierras potosinas para deleitar a sus fans con su voz y sus canciones.
En esta ocasión El Domo, Centro de Espectáculos fue el escenario perfecto para el regreso triunfal de Luis Miguel, luego del tiempo que había pasado retirado de los reflectores.
Con su gira “México por Siempre”, enamoró aún más a sus miles de fans que se dieron cita para escuchar a su ídolo.
La noche fue más que soñada; tan solo unos minutos después de las 21 horas, las luces se apagaron y en la pantalla al centro del escenario, surgió su silueta como preámbulo para la aparición del artista, lo que provocó un estruendoso aplauso acompañado de gritos y ovaciones, este sábado pintaba bien.
Se escucharon los primeros acordes y con ello la lista de canciones que lo formaron a lo largo de su carrera; vestido con su habitual elegancia, lucía un traje negro con camisa blanca y corbata, simplemente perfecto aún y a pesar de su notable bronceado.
El público cantó, bailó, gritó y disfrutó ampliamente el repertorio de canciones que tenía preparado para esta noche de ensueño, tanto las clásicas como Tengo todo excepto a ti, ahora te puedes marchar, La incondicional, Decídete y muchas más que hicieron vibrar el lugar cada vez que exclamaba su peculiar grito “como dice…”
Con un cambio de vestuario a algo más casual, el Mariachi salió y entonces nuevamente el público estalló en aplausos. Fue cuando el artista interpretó algo de su nuevo material, La fiesta del mariachi, Soy lo prohibido, El siete mares, Llamarada, Deja que salga la luna, No me amenaces, Que te vaya bonito y No discutamos, entre otras.
La bandera en las pantallas lucía en todo su esplendor, haciendo que el público se emocionara aún más.
Quienes se encontraban cerca del escenario no podían creer que pudieran tener tan cerca a su cantante preferido, ya que a diferencia de otras ocasiones, Luis Miguel se acercó a la orilla y saludó a sus fans que se encontraban más cerca e incluso, recibió una rosa.
Nuevamente cambió de vestuario, ahora con un saco y camisa pero sin corbata, lo que no dejó de provocar los gritos de emoción de sus admiradoras. Fue entonces que se escuchó a voz de pecho de quienes ahí se encontraban el grito de emoción cuando comenzó a cantar Serenata Huasteca, y no se diga con Llamarada, emocionando a todos los que ahí se encontraban.
Cuando todo parecía que había terminado, como pocas veces, Luis Miguel regresó al escenario para dejar más que satisfechos y encantados a todos los presentes, pues disfrutaron de un gran concierto que ofreció uno de los más grandes cantantes de México.
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