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Cuatro empresas mexicanas serán víctimas de aranceles en acero

Agencia | 05/03/2018 | 12:19

El anuncio de la posible aplicación de aranceles en Estados Unidos a las importaciones de acero procedente de varios países detonará una ‘guerra comercial’ que afectará a cuatro siderúrgicas mexicanas, ya que puede generar una oleada de entradas desleales del material a ‘suelo azteca’, además de que limitará sus envíos a la Unión Americana, alertó la Cámara Nacional de la Industria del Acero (Canacero).

Altos Hornos de México (AHMSA), Industrias CH (ICH), Grupo Collado y Autlán son las empresas con más riesgo si el gobierno de Donald Trump impone impuestos de 25 por ciento a los productos de acero que llegan a la Unión Americana, incluidos los de México, bajo la Sección 232, dijeron expertos.

Además, esto frenaría lo logrado en 2017. Las cuatro siderúrgicas reportaron a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ingresos sumados de cinco mil 411 millones de dólares, un 12 por ciento más que en el 2016.

Se trata de la primera alza en ventas de los últimos tres años, pues habían estado limitadas por los bajos precios del acero ante la sobreproducción de China, así como por la entrada desleal del producto que la Secretaría de Economía trata de limitar con la imposición de salvaguardas.

Autlán e Industrias CH son las que más sensibles a las exportaciones, pues entre 30 y 40 por ciento de sus ingresos dependen de mercados externos; mientras que en Grupo Collado y AHMSA la exposición es de ocho y 11 por ciento, respectivamente.

Guillermo Vogel, presidente de la Canacero, aseveró que si a México se aplican los aranceles, el gobierno de Enrique Peña Nieto debería responder de igual manera, pues la medida de la Unión Americana no sólo dañará las exportaciones de las empresas, también al mercado interno por una sobreoferta.

En 2017 México reportó un consumo nacional aparente de 29.7 millones de toneladas de acero, 4.4 por ciento más que en 2016. Esta demanda es la más alta en la historia del país y de esa cantidad, 50 por ciento se cubre con importaciones, mientras que la industria nacional operó al 68 por ciento de su capacidad instalada.