Jorge Armendáriz Gallardo | 01/03/2018 | 01:04
LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS DE este 2018 cada vez se ponen más agresivas y carentes de propuestas para los votantes.
EL FORMATO DE “PRE CAMPAÑA” e “Intercampaña” para llegar después a “la Campaña” en forma, hace perder a los ciudadanos la paciencia por lo prolongado del “martirio” de ser testigos de estas batallas públicas que se llenan de descalificación, acusaciones, desprestigio y todo, menos propuestas.
ALARGAR ESTE PROCESO TAL VEZ tenía la intención de dar mayor juego al posicionamiento de los personajes, pero desde luego acabará por el hastió de sus caras, voces y discursos.
LA NARRATIVA NOS MUESTRA cómo los candidatos en base a los análisis de las encuestas, deciden atacar a los contrincantes que les generen movilidad en esas encuestas a cualquier precio y de la manera que sea, usando a las instituciones, comprando a líderes de opinión o medios de comunicación para subir las campañas negras, o sacando del baúl los trapos sucios de cada uno de los competidores, para desgastar su imagen y atraer al voto indeciso que seguramente ya está decidiendo por esta misma razón, no ejercer el voto.
COMO EL CLÁSICO DEL CINE western “El Bueno, El Malo y El Feo” (1966), estos 3 candidatos (que coinciden con los adjetivos) buscan en este 2018 “a como dé lugar” la Presidencia de la República de forma muy parecida a la que aquellos 3 caza-recompensas de manera furtiva también buscaban el codiciado tesoro, usando todas su argucias para conseguirlo.
EL PARTIDO REVOLUCIONARIO Institucional (PRI) aliado al Verde y al Panal, buscó entre sus cercanos un perfil que pudiera vender la imagen de bueno, la encontró en José Antonio Meade, tan bueno que pudo ser secretario de Estado en el gobierno de otros partidos, y tan bueno que pudiera hacer olvidar lo malo del empaque que lo envuelve irremediablemente.
EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL (PAN), aliado al PRD y Movimiento Ciudadano, encontró en un chico malo y rebelde la imagen del perfil que necesitaba para enfrentar esta gran batalla, “cualidades” que representa Ricardo Anaya quien traicionó a sus promotores, a sus afiliados de partido y hasta a los ideales del mismo al unirse a su eterno enemigo, el Partidos de la Revolución Democrática, movidos los dos por la ambición desmedida, que malo de verdad.
Y POR ÚLTIMO EL ETERNO aspirante a la Presidencia, “Deja Vu Electoral” de los mexicanos, que ya muchos de ellos no le hacen el Feo, Andrés Manuel López Obrador.
FEO POR INSISTIR, FEO POR señalar y feo por presentarse nuevamente a contender después de años de hacer campaña, sin un empleo que ampare los gastos millonarios de recorrer varias veces el país, en promoción permanente de su imagen y discurso que ya convence a millones.
EN EL FONDO NINGUNO ES TAN bueno ni tan malo como los demás lo quieren hacer ver, pero todos son parte de este feo espectáculo de descalificaciones sin propuesta objetivas para sacar a nuestro país de las estadísticas negativas en educación, salud y empleo que hoy nos tiene en penosos lugares, sobre todo en la corrupción, donde recientemente nos ubicamos en el número 135 de 180 países evaluados (En el Índice de percepción de corrupción 2017), corrupción que empeora los niveles de calidad en todos los segmentos que se puedan evaluar, como un circulo vicioso.
AL MENOS LOS PERSONAJES QUE interpretaron Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallachel en la pantalla, coincidieron en unir la fuerza de sus talentos para alcanzar el objetivo de encontrar “el tesoro” y así repartirlo, no, eso no lo veremos esta vez, cuando cada uno buscará sacar lo peor de su adversario y de sí mismo al encarnarse en una guerra que promete ser la madre de todas las batallas, pues de manera inédita se reúnen 3 potencias políticas (reforzadas) para alcanzar el triunfo a como dé lugar.
PREPÁRENSE A SER TESTIGO DEL combate más épico de la historia de las elecciones Presidenciales.
EL BUENO, EL MALO Y EL FEO EN busca del anhelado tesoro electoral, solo en INEs.
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