El doctor Christopher D. Gardner, director de la enseñanza en la nutrición de la Universidad de Stanford, ha publicado un estudio en la revista de la Asociación Médica Estadounidense en el que ha afirmado y asegurado que los clásicos métodos que se llevan a cabo para perder peso no serían los más efectivos.
Según la investigación del médico, contar todas las calorías que se van a consumir a lo largo del día para luchar contra el sobrepeso no sería la manera más adecuada para conseguir este objetivo. Para poder lograr un buen estado de salud y una bajada considerable de kilos se debería cambiar los hábitos alimenticios, consumir alimentos mucho más naturales y dejar completamente de lado los azúcares y las comidas procesadas.
"Le dimos mucho importancia fue al hecho de que se comiesen alimentos de buena calidad. Lo que queríamos es que se minimizase el consumo de azúcares y de comidas procesadas. Por su parte, se debía ingerir más vegetales y alimentos integrales. Básicamente les pedimos que no salgan a comprar un pastel solo porque su envoltorio asegura ser bajo en grasas" revelaba el director de la investigación.
De esta forma, el contar las calorías de los alimentos quedaría aparcado en un segundo plano. El estudio que ha llevado a cabo el doctor ha contado con una muestra de 600 participantes y una financiación otorgada por el Instituto Nacional para la Salud y la Iniciativa de la Ciencia de la Nutrición de Estados Unidos por valor de ocho millones de dólares.
En una entrevista con el periódico The New York Times, el jefe de la investigación reveló que la clave del éxito de todas las personas que siguieron los pasos del estudio por haber conseguido bajar de peso ha sido que en ningún momento se establecieron ningún parámetro de calorías para que se consumieran. Además, el médico ha podido confirmar que otro de los pasos que son realmente vinculantes contra la lucha del sobrepeso es cambiar los hábitos alimenticios.
Según ha contado Christopher D. Gardner, muchas de las personas que lograron bajar de kilos dejaron de comer alimentos preparados y de ingerirlos enfrente de la pantalla del ordenador o de televisión. Por su parte, empezaron a cocinar ellos mismos y comían en sus propias casas. En tan solo un año, una gran parte de la muestra consiguió adelgazar, mejorar sus análisis médicos, reducir el diámetro de sus cinturas y los índices de grasa corporal.
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