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Dormimos poco porque tenemos pavor: vecinos del Colegio Rébsamen

Agencia | 21/02/2018 | 11:15

Vecinos del Colegio "Enrique Rébsamen" temen por su seguridad física y la de sus viviendas porque consideran que los inmuebles de esa escuela que quedaron dañados por el sismo del 19 de septiembre  pasado representan un riesgo si se registra otro fenómeno telúrico de una magnitud importante.

En entrevista, Georgina Godínez Cadena, quien vive al lado de la escuela en Rancho Tamboreo número 21, departamento 4, y Zayda Rosales Aragón, de la misma calle pero con el número 8, aseguran que los dos recientes sismos, de 7.2 y 6 grados, respectivamente, hicieron que el inmueble del colegio se extendiera medio metro.

Las vecinas se entrevistaron con autoridades de la Presidencia de la República y del gobierno capitalino, donde dejaron, a principios de la semana pasada, escritos y fotografías en los que manifiestan sus temores y esperan respuesta.

Godínez Cadena consideró urgente que les quiten los escombros de lo que fuera el Colegio Rébsamen, el cual, señaló, se ha deslizado 30 centímetros o más dentro de su estacionamiento.

“Estamos temerosos de que esto nos pueda afectar en nuestras vidas, que pasemos y algo nos pueda caer, o que si ocurre un sismo mayor, nos lastime a nosotros, nuestras familias y nuestra propiedad”, expuso la habitante de una de las dos torres con 18 departamentos, donde habitan unas 80 personas.

En tanto, Rosales Aragón precisó que no es representante de los vecinos. “Simplemente me preocupa la situación, porque vivo exactamente enfrente de donde está el derrumbe total. Pensé que lo conveniente era que las autoridades se enteraran que tenían que retirar los escombros porque en cualquier otro sismo, eso se puede venir hacia mi casa o la de mis vecinos. Somos ocho casas”.

“Fuimos a la oficina de la Presidencia, quedaron de hablarnos para darnos una respuesta y con Mancera solamente entregamos la documentación en Oficialía de Partes porque no hay quien te atienda", abundó.

“También fuimos a la delegación Tlalpan, dejamos copia de nuestro escrito y nuestras firmas y estamos esperando respuesta”, mencionó.

La afectada señaló que “estamos en la incertidumbre porque cada vez que tiembla pensamos que se va a caer… Los pisos que quedan de la escuela están sostenidos con polines de madera y ellos, en caso de un sismo un poco mayor, se van a botar”.

"Queremos que esto se termine. Ya se perdieron muchas vidas. No queremos ni una más", aseveró.

“Dormimos poco, vestidos, porque tenemos miedo… pavor”, indicó Rosales Aragón y agregó que tuvieron que acudir los bomberos y tirar una parte del colegio para que los habitantes de los condominios pudieran entrar.

Refirieron que durante las primeras horas y los primeros días después del sismo de septiembre pasado, en sus casas albergaron a los rescatistas, médicos y enfermeras militares.

Las vecinas indicaron que hay un espacio grande donde echar los escombros. Se trata del jardín de la misma escuela.

Aclararon que “no buscamos ni problemas judiciales ni políticos, ni nos interesa la situación de la señora (la dueña del colegio). Nosotros lo que queremos es nuestra seguridad de vida y patrimonio para nuestras familias. Tenemos 30 años de vivir aquí”.

A su vez, Gilberto Hernández Guadarrama, vecino del lugar, refirió que la semana pasada acudió personal de Protección Civil a darse una vuelta. “Estuvieron ahí grabando y se fueron”.

Pero, advirtió, “sí se ha visto que se han venido sumiendo los escombros”. Toda la gente está muy preocupada".

Agregó que desde su percepción no se ha hecho nada para remediar esta situación. "Que quiten todo, porque un día Dios no lo quiera se va a venir para abajo y habrá problemas".