Dr. Jaime Chalita Zarur | 27/01/2018 | 01:54
Nadie podría pretender ser el absoluto dueño de la verdad, especialmente tratándose de quienes quieren que caigamos en los argumentos que prueban ser absolutistas.
Seguramente, en nuestro México las cosas no van bien y, no estamos como muchos dicen, de mal humor. Lo que si estamos y se percibe en la sociedad, es el enojo de las personas de la vida cotidiana en razón de las injusticias que se viven y que, ante el crecimiento de nuestros males en la indolencia histórica de autoridades, han crecido fuera ya de proporción, para que, cuando se quiere reaccionar, cualquier esfuerzo, palidece ante la magnitud de nuestras enfermedades sociales.
Igualmente reconocer avances en el sector público, que si los debe haber, es una afrenta a la sociedad que amplía más la brecha en ellos y nosotros.
Los argumentos de estas precampañas han sido tan pobres, que se emparientan con la miseria que vive este gran País. La ausencia de propuesta, aún cuando solo se le hable a una militancia, de cualquier partido, fragmentada y disminuida, debería dejar en los pertenecientes a esos partidos políticos, la exigencia a sus precandidatos, de elevar el nivel de discusión, de diálogo o, de debate.
La Nación Mexicana, necesita hoy más que nunca que los ciudadanos participemos en la política, sin dar tregua a los engaños que hasta ahora, hemos recibido de quienes se postulan. La mentira más taquillera es aquella de “ voy a meter a la cárcel a los corruptos” la cual da muchos votos pero, sin consecuencias en su incumplimiento.
Es precisamente de lo que se trata de una democracia, si ser tolerantes y con capacidad de diálogo o, debate, pero, sin perder la ubicación para que el pensamiento pueda hacer su trabajo, y plasmado en acciones, sin que se enojen quienes participan y que ellos estén conscientes de lo que nos han mentido, cuando les sea cuestionado.
Las polarizaciones de la sociedad, en función de estas precampañas y luego las campañas, deja enconos y enfrentamientos innecesarios, sobre todo cuando se trata de personas cercanas. No vale la pena perder la relación familiar, que si sucede, o, las amistades por la defensa, más que de una realidad, es la escucha de muchas mentiras, como las que se acostumbran en estas campañas políticas y que se traducen en promesas no cumplidas.
Mire Usted, a México, siempre ha sido tratado como un país pobre, un gobierno de cualquier nivel, que en constante exclamación y en todos lugares, se queja de no tener dinero. Surge la pregunta ¿ sin dinero, y con tantos problemas que tenemos, como es que existen almas tan bondadosas que desean ser candidatos y a través del voto, presidente de la Republica Mexicana, diputados locales o, federales y, presidentes municipales? Las respuestas son las mismas de siempre. Resulta que el poder y el dinero, que si hay y mucho, es el verdadero atractivo para sacrificarse por los mexicanos.
@jaimechalita