Decía Marx que el drama político se repite primero, como farsa, luego como ridículo, y después como bufonada, línea a la que parecen estar ajustándose los precandidatos presidenciales en esta etapa si se observa que entre todos ellos pareciera que se ha desatado una competencia por ver quien dice la bufonada más graciosa que arranque las carcajadas de los mexicanos a costillas del rival que es blanco de la misma lo que evidentemente les preocupa más hacer antes que hilvanar un planteamiento que sacuda la conciencia nacional o convenza a los electores o militantes de sus respectivos partidos cuyo apoyo buscan para ser candidatos con excepción de AMLO quien ya lo es por su partido Morena.
Basta ver los noticieros televisivos o leer las notas de los periódicos sobre sus actos para constatar que se encuentran en sus precampañas compitiendo por ver quien de ellos arranca más carcajadas o ridiculiza a sus rivales con mayor acidez.
Algunos como el seguro abanderado del PAN Ricardo Anaya ni siquiera ha tenido necesidad de verbalizar sus bufonadas pues basta ver su spot publicitario en televisión en el que lo ubican como un defensor de México ante Estados Unidos y Canadá en el que sus parlamentos los pronuncia en un inglés infame y otros en francés al referirse al segundo país lo que al verlo mueve de inmediato a reír de la forma en que lo pronuncia con lo que da al traste con el empeño de mostrarlo como personaje de alcances internacionales.
Por su parte, el morenista Andrés Manuel López Obrador no necesita afanarse mucho para soltar sus bufonadas toda vez que con sus predecibles señalamientos a la “mafia del poder” de la que se dice perseguido tiene para hacer que la gente que lo escuche irremediablemente suelte la risa no exenta de cansancio de tanto escuchar la misma canción.
A su vez, el precandidato priista José Antonio Meade Kuribreña no se queda atrás al acudir a la minimización de sus competidores como lo hizo con Anaya por sus spots en inglés y francés al sugerirle que se meta de guía de turistas mientras que en una feroz crítica a AMLO lo acusó de ser un “nini” por aquello de que ni estudia ni trabaja, además de que su tono de académico lo hace verse fatal cuando trata de manejar chistes dentro de sus discursos.
Así entonces, aunque todavía no se levanta una encuesta sobre quien de ellos marcha al frente en el número de carcajadas provocadas por sus discursos o actos que las provocan queda claro que, con todo y lo anecdótico que resulten las bufonadas, como que los electores mexicanos requieren escuchar de ellos discursos consistentes sobre los problemas nacionales para que sean tomados con la seriedad que demanda la contienda por la presidencia del país.
CABOS SUELTOS
Y se veía venir que los alcaldes de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte y el de Ciudad Valles Jorge Terán se inscribirían ara tratar de buscar la reelección pues el primero tiene de su lado el apoyo de la gallardía y el huasteco el antecedente de haber hecho mejor las cosas que los panistas que han pasado por el cargo…