Con su absoluta respetabilidad a salvo y su inalterable percepción entre los potosinos como la institución más prestigiada y digna de confianza en el estado la Universidad Autónoma de San Luis Potosí llegó a la celebración del 95 aniversario de la confirmación de su autonomía, sin que ningún partido grupo o político en lo individual pueda jactarse de tenerla bajo control o al servicio de sus intereses.
Con toda razón, el rector Fermín Villar Rubio comanda la organización de los actos que enmarcarán los festejos por un año más de autonomía de la bien llamada nuestra máxima institución.
Inevitablemente, como caja de resonancia de las inquietudes políticas y sociales de San Luis Potosí, la UASLP estuvo vinculada de alguna manera a los grandes movimientos que se han generado aquí, entre los que se puede citar el surgimiento del movimiento navista y la caída de un gobernador como la de Florencio Salazar Martínez, aunque no se puede olvidar que también incubó la complicada salida del rector José de Jesús Rodríguez al que sus amigos llamaban el “popo” ni que la violencia en su seno tuvo fatales consecuencias como la muerte de Jorge Mena en un episodio para el olvido.
Asimismo, la Universidad permitió a varios rectores saltar a cargos políticos importantes pues uno fue senador en tanto otros como el recordado “chango” Roberto Leyva Torres alcanzó la diputación federal o, como Mario García Valdez, quien hace unos años llegó a la alcaldía de la capital.
Saludablemente para nuestra Universidad el rector Villar Rubio no se ha dejado seducir por el canto de las sirenas que lo invitan a tratar de pasar a la política aprovechando el buen papel que viene haciendo al frente de la misma.
Igualmente, como señalamos antes, ha logrado mantener la UASLP lejos del alcance de partidos y de los políticos que han buscado infiltrarse en la institución con fines de aprovechamiento político, intentos muy usuales en los últimos treinta o cuarenta años para, lamentablemente, utilizar a los estudiantes como carne de cañón en revueltas generadas para presionar la concesión de sus objetivos o cargos públicos.
Otro aspecto muy importante del que puede jactarse Villar Rubio consiste en el hecho de que la Universidad, a estas alturas se encuentra prácticamente limpia de una plaga que durante décadas debió soportar y alimentar como fueron los tristemente célebres “porros” golpeadores y controladores de grupos estudiantiles que manejaban a su antojo para sacar dinero a las autoridades universitarias con los que amenazaban crear conflictos si sus exigencias no eran satisfechas, varios de los cuales ahora se dan el lujo de proclamarse como gente de bien.
De cualquier manera la institución de mayor respetabilidad en SLP arribó con la frente en alto a festejar su 95 aniversario de autonomía, sin ninguna amenaza a su estabilidad y tranquilidad, además de que se sostiene dentro de las universidades de excelencia académica lo que los potosinos mucho reconocen y lo tienen como timbre de orgullo.
