El fabricante de cámaras de acción GoPro ha comenzado un proceso esta semana para despedir entre 200 y 300 trabajadores de su división de productos aéreos, la responsable del desarrollo y lanzamiento del dron Karma.
Según informa TechCrunch de fuentes cercanas a la compañía, GoPro ha comenzado a enviar cartas a los trabajadores afectados a los que explica que la medida responde "alinear mejor nuestros recursos con los requisitos del negocio".
Estos recortes son sólo la primera parte del proceso de reestructuración en la que se encuentra la compañía que se ha visto forzada a hacer cambios más profundos. Y es que pese a que la compañía ha ido recortando sus pérdidas durante el 2017, no ha conseguido remontar el negocio todo lo que los inversores esperaban, lo que le lleva a cotizar en torno a los 7.5 dólares, cerca de su mínimo histórico.
La división de drones ha sido un intento de diversificación de GoPro que veía como las cámaras chinas de acción lowcost robaban terreno a sus equipos. Sin embargo, la llegada al mercado de Karma ha supuesto un verdadero dolor de cabeza para el CEO Nick Woodman.
Karma se presentó en 2016 como el primer dron comercial plegable que cabía en una mochila, sin embargo sufrió una profunda crisis de marca al contar con un error en las baterías que los estrellaba súbitamente contra el suelo. Ésto les hizo ser retirados del mercado hasta encontrar una solución, lo que tardó meses, un tiempo que aprovechó su principal rival -y con más experiencia en este sector-, DJI, para ocupar su hueco en el mercado con otros dos drones plegables, el Mavic Pro y el Spark.
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