Jesús Carlos Ortega Urrea, mexicano detenido en China en 2012 acusado del delito de narcotráfico, fue sentenciado a muerte al haber sido encontrado culpable de implementar un laboratorio clandestino, donde la policía local decomisó más de una tonelada de metanfetamina y cafeína.
Ortega fue identificado como uno de cuatro responsables de la producción de drogas sintéticas en una granja en Chenzhou, provincia de Hunan, en el país asiático, cuyo destino sería la venta ilegal en países como Ausatralia, Japón e Indonesia, así como en la propia China.
Concretamente, a Ortega se le acusa de implementar el laboratorio en donde la policía china decomisó más de una tonelada de metanfetamina y cafeína, lo que fue considerado como el mayor golpe contra el tráfico de estupefacientes en ese país desde 1949. Además, se calcula que ya habían sido vendidos al menos 100 kilogramos de la producción del laboratorio.
Cabe destacar que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) ha acompañado al ahora sentenciado y a su familia durante todo el proceso en el país asiático, otorgando asesoría legal.
China es considerado uno de los principales países que aplican la pena de muerte, principalmente por tráfico de drogas a gran escala, trata de blancas y corrupción, siendo el método los disparos en la nuca y la inyección letal, calculándose (pues no existen cifras oficiales disponibles) que se realizan alrededor de seis mil ejecuciones al año.
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