San Luis Potosí, SLP.- Cada 12 de diciembre la fe de cientos de potosinos se pone a prueba, su devoción por la Virgen de Guadalupe los lleva a realizar cosas insólitas, sacrificios difíciles de creer para los que no profesan ninguna religión.
A nivel nacional, por décadas las cadenas televisivas han transmitido las tradicionales “Mañanitas a la Virgen de Guadalupe”, una gran ceremonia en la Basílica de Guadalupe en la que artistas de distintos géneros musicales interpretan el canto para la Morenita del Tepeyac.
Pero San Luis Potosí tiene su particular modo de festejar. Previo a las 12 de la noche, la Calzada de Guadalupe se colma de feligreses que llenos de necesidad, emoción y esperanza, buscan a la Guadalupana para emitir dolencias y recibir pronta respuesta milagrosa.
Transitar por la Calzada previo a un 12 de diciembre es una tarea difícil para cualquiera, en el pasillo principal cientos de devotos avanzan de rodillas, conformando filas interminables.
El sendero es ocupado por aquellos que buscan un milagro, algunos con cobertores, otros en contacto directo con la cantera, cada uno de manera diferente, con una petición distinta y con un nivel de sacrificio opcional.
Durante la ardua tarea, los familiares o acompañantes que van auxiliando a los que cumplen sus mandas, lanzan los cobertores de un lado a otro, para proteger las rodillas de los valientes que recorren la kilométrica encomienda.
Sin importar el dolor, el cansancio e incluso el frío, los católicos recorren la Calzada de Guadalupe. Conseguir un trabajo, pagar deudas, comprar una casa, tener pareja y hasta la sanación de enfermedades como el cáncer, son parte de las peticiones que los creyentes encomiendan a la Virgen de Guadalupe.
“Este es un día para conmemorar a la Virgen, ella me ha hecho muchos milagros, curó a mi hijo de cáncer, los doctores me habían dicho que sólo le quedaban cinco meses de vida, encomendé la vida de mi hijo a La Morenita, y aquí estoy con mi hijo de diez años, entrando al santuario a venerarla, porque ella siempre es fiel”, dijo María Raquel Cruz.
A las 12 de la noche, los fieles entonan las mañanitas para la Virgen de Guadalupe, esta noche es la más activa para una de las icónicas calles de la capital potosina.
Al día siguiente el arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, oficia una misa a las 12 del día y de manera emotiva recuerda las apariciones de La Virgen al ahora canonizado Juan Diego.
Desde la madrugada y hasta las 8 de la noche continúa una serie de misas entre las cuales, la más importante es la dedicada a la Celebración y Bendición de las Rosas, en punto del medio día.
Historia
Según la tradición, “La Patrona de México” se apareció 3 veces al indígena Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, el último de esos milagrosos encuentros ocurrió el 12 de diciembre de 1531. Desde entonces el hecho se celebra con gran devoción.
El primer festejo oficial ocurrió en 1667, cuando el Papa Clemente IX instituyó el 12 de diciembre como Día de fiesta en honor de la Virgen de Guadalupe.
Posteriormente, en 1824, el Congreso de la Nación declaró el 12 de diciembre como Fiesta Nacional y en 1988, la celebración litúrgica de la Virgen fue elevada al rango de Fiesta también en todas la diócesis de los Estados Unidos de América.
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