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Heinrich Heine, el último romántico de Alemania

Agencia | 12/12/2017 | 11:13

Heinrich Heine es uno de los autores más influyentes en lengua alemana. Poeta, crítico y ensayista exquisito, el rastro de su pensamiento y su obra puede encontrarse en todas las grandes figuras de la Alemania del siglo XIX: Marx y Engels le citan como un visionario por sus opiniones filosóficas y religiosas; Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche acreditan su influencia en sus textos, y Richard Wagner, entre otros, empleó temas heinianos para dos de sus óperas. Es justo decir que Heine, con su ingenio, su agudeza y su fino sentido de la sátira, fue una de las grandes luminarias del Romanticismo y, a pesar de ello, también su verdugo. En este volumen se publican tres de las obras narrativas más ácidas e íntimas de este genio singular.

Considerado uno de los mayores representantes de la poesía alemana del siglo XIX, Heinrich Heine es también el último poeta del romanticismo teutón y al mismo tiempo su enterrador, creador de los poemas satíricos.

A 220 años de su nacimiento, Heine es recordado por obras como “Poemas”, “Libro de canciones” y los poemas satíricos “Alemania, un cuento de invierno” y “Romancero”.

Nació el 13 de diciembre de 1797, en el seno de una familia judía que vivía en Düsseldorf, donde estudió para posteriormente trasladarse a Bonn, donde cursó la carrera de Derecho, destaca una biografía del sitio “amediavoz.com”.

Para 1821, detuvo sus estudios y se fue a vivir a Berlín, donde inició su carrera literaria; su primer libro, “Poemas”, se publicó un año después.

El sitio “Biografías y vidas” cuenta que, entre sus profesores y amistades, se encontraban Schlegel y Hegel, de quienes refleja una influencia en su poesía.

“Intermezzo lírico”, obra que publicó en 1823 y reúne dos tragedias, "Almanzor" y "Ratcliff", se destaca su vena melódica; mientras que tres años después, publicaría la primera parte de “Cuadros de viaje”, edición en cuatro volúmenes que completó en 1831.

De acuerdo con la crítica, en sus primeros textos en prosa combinó lirismo juvenil con una mordaz sátira contra personas e instituciones diversas; esta prosa irónica puso las bases de un estilo que, dentro de un texto, agrupaba géneros como la poesía, el relato, el ensayo político, la crónica periodística y la autobiografía.

Con la inspiración de compositores como Schumann, Schubert y Brahms, en 1827 apareció “Libro de canciones”.

Para 1835, publicó un ensayo sobre la cultura alemana titulado “La escuela romántica”, así como estudios sobre William Shakespeare y Miguel de Cervantes; para el mismo año, se prohibieron todas sus obras en Alemania.

La publicación “thecult.es” señala que, para 1928, Thomas Mann intentó rescatarlo del odio de sus compatriotas que no podían asimilar la mordacidad de sus críticas. Consignan sus biógrafos que Nietzsche llegó a decir que en Alemania sólo existían dos grandes prosas: las de Heine y la suya.

Lo consideran también precursor de las greguerías creadas años después por Ramón Gómez de la Serna, cuando dijo “El hexámetro francés es un hipo rimado”.

Tras varios años de enfermedad, contexto en el que compuso el ciclo poético "Romancero", de 1851, falleció en 1856, en París. Sus “Últimos poemas” aparecieron en 1869.