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Restauran ruinas de Ostia Antica, el puerto de la antigua Roma

Notimex | 11/12/2017 | 01:23

Puerto de la antigua Roma y punto estratégico del imperio en el Mediterráneo, la ciudad de Ostia Antica ha sido sometida a un proceso de restauración que ha permitido recuperar más de 13 mil metros de construcción y restituir a los visitantes 187 ambientes.

Fundada en torno al IV siglo antes de Cristo, la urbe era más grande que Pompeya, la ciudad sepultada por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 de nuestra era y declarada Patrimonio de la Humanidad, según Maria Rosaria Barbera, directora del Parque Arqueológico de Ostia Antica.

En un recorrido con los medios de comunicación, explicó que han sido abiertos al público los 187 ambientes restaurados, que se ubican en la parte izquierda del Decumano, la principal vía que recorría la ciudad de Este a Oeste por dos kilómetros.

“Esta imponente restauración ha consolidado y limpiado los edificios a la izquierda del Decumano por 670 metros lineares a lo largo de un recorrido rico de monumentos, almacenes y locales comerciales”, explicó.

Entre los inmuebles recuperados figuran portones, “tabernae” (locales dedicados a actividades comerciales) y “domus” (palacios) de dos o más niveles.

Asimismo han sido reabiertos el llamado Monumento Republicano, el Templo Colegiado y la sede de los Augustales (los funcionarios dedicados al culto del emperador), además del “Caseggiato del Sole”, un grupo de casas ejemplo de la construcción residencial y comercial de la época y el “Mitreo dei Serpenti”, un templo cuyos frescos han sido protegidos con una nueva cobertura.

Igualmente han sido consolidados y restaurados los 31 ambientes en los que estaban articuladas las “Termas del Envidioso”, así llamadas originalmente, que conservan mosaicos con figuras marinas.

“Se reabren al público 13 mil metros cuadrados de edificios restaurados con un presupuesto de 1.8 millones de euros”, señaló Barbera.

La directora del Parque Arqueológico confirmó que aún falta por sacar a la luz alrededor de 70 por ciento de las ruinas de lo que fue Ostia Antica, pero que por ahora la prioridad es restaurar los ya conocidos, ante el riesgo de que sufra daños irreperables.

La arqueóloga Paola Germoni explicó que, construida en la costa del mar Tirreno, Ostia Antica estaba ubicada en la boca del río Tíber y durante su época de mayor esplendor (en el siglo II de nuestra era) llegó a tener unos 50 mil habitantes.

“Era un punto estratégico tanto para el intercambio comercial, como para la defensa de Roma y una ciudad con todos los servicios de la época. Tenía un gran teatro, un faro, termas y letrinas públicas, además de templos de culto”, dijo la experta en entrevista con Notimex.

Resaltó que con la caída del Imperio romano, en el siglo V de nuestra era, gran parte de los habitantes de Ostia Antica, al igual que los de la misma Roma, escaparon y en torno al siglo IX fue definitivamente abandonada tras sufir saqueos e incursiones de tribus bárbaras y piratas árabes.

Durante el Medioevo parte del material de los edificios de Ostia Antica fue utilizado para realizar nuevas construcciones, repitiendo un patrón que también afectó a Roma.

La arqueóloga Cinzia Morelli dijo que la restauración incluyó la limpieza de los restos arqueológicos cubiertos por la vegetación en un proceso en el que dialogaron arquitectura y arqueología, y en el que la prioridad fue realizar la mínima intervención, en respeto de los inmuebles originales.

Los trabajos de desyerbamiento inciaron en la Porta Romana, para llegar a la primera vía que atraviesa el Decumano, donde hay seis “tabernae”, cada una con su respectivo almacén.

Los comercios pueden ser reconocidos por los visitantes gracias a una placa de mármol travertino colocada en la entrada de cada inmueble y en la que se informaba sobre la profesión del propietario.

Los 13 mil metros cuadrados de trabajos de restauración se agotan a la altura de la vía de la Sémita (sendero) dei Cippi, una calle antigua que delimitaba el área del “Castrum” (campamento del ejército) en el siglo IV antes de Cristo.

“Hay todavía mucho que descubrir. Ostia Antica puede contar mucho”, concluyó Barbera.