En su recorrido por las comunidades indígenas del país, la precandidata independiente María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, se ha topado una y otra vez con el despojo de tierras en perjuicio de los pobladores y mucho dolor.
En esta capital, la vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) recordó que su participación en el proceso electoral de 2018 es con la finalidad de hacer un cambio organizado, “pero desde abajo”, que ayude a reconstruir al país y “que el pueblo sea el que se empodere y el que decida”.
La precandidata independiente precisó que el CIG no busca ocupar cargos de elección popular, “porque no vamos por el poder de allá arriba donde ya todo está diseñado, donde quitan y ponen, sino que vamos a construir algo nuevo, que es el poder del pueblo, donde el pueblo sea el que mande y el gobierno el que obedezca. Un gobierno colectivo es nuestra propuesta”, subrayó.
Dentro del CIG, agregó, consideran que si ponen a alguien de la comunidad en un cargo dentro del actual sistema de gobierno “sabemos que llegando ahí se va a corromper, entonces nosotros tenemos que construir algo nuevo”.
Durante una entrevista que sostuvo con José Woldenberg, expresidente del Instituto Federal Electoral –hoy INE–, dentro del programa “Pensar México. Diálogos sobre los retos del próximo sexenio”, Patricio Martínez detalló que “desde el sur hasta el centro hemos visto los diferentes dolores que tienen las diferentes comunidades que hemos caminado, y que principalmente los territorios indígenas están concesionados para grandes empresas mineras y pozos petroleros, con aguas contaminadas y un gran deterioro de árboles y de los recursos naturales”.
Marichuy también recogió quejas sobre las ejecuciones y el control que ejerce la delincuencia organizada dentro de las comunidades, en complicidad con el gobierno.
“Son los que han metido temor ante los intentos organizativos para defender lo propio de los pueblos y de las comunidades indígenas”, dijo.
Otros problemas que se viven dentro de las comunidades, pero que no se abordan ante la opinión pública, porque se avocan solo en el folclor, es el despojo, “quedando las riquezas en manos de unos cuantos, y nosotros quedemos sin nada”, sostuvo.
Dijo que le han comentado que “ni siquiera dimos permiso, pero amanecimos y ya había un acuerdo de que iban a poner una mina, que en las aguas se van a acanalar y van a inundar una población entera. Son los dolores que traen (los afectados) y quieren que se manifieste”.
Las comunidades, remató, padecen abandono y desprecio.