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Arrancan!

Jorge Armendáriz Gallardo | 30/11/2017 | 01:08

A PARTIR DE LA DESIGNACIÓN DEL pre-candidato del PRI a la Presidencia de la República, (el no-priísta) José Antonio Meade, también arranca una cascada de decisiones en el resto de los partidos políticos, mismos que esperaban esta definición para alistar las “armas” con que librarán la “Batalla Política” más importante en México, la elección a Presidente de la Republica.

 

ESTA REPRESENTA EL OBJETIVO más alto para la clase política, más aún desde que llegó la democracia a nuestro país, evento que atrae también la total atención del “respetable”.

 

ESTA SEMANA COMO CADA 6 años, el Partido Revolucionario Institucional llevó a cabo la tradicional ceremonia del “dedazo”, una de las últimas decisiones políticas importante del presidente en turno, que históricamente está escrita en las leyes del dominio público.

 

DURANTE DÉCADAS CUANDO NO contábamos con una real democracia en México, previo al año 2000, este proceso se dio en una definición institucional muy amplia y contundente (visión que es de admirarse en este partido), esta designación venía acompañada de “lealtad”, donde no existen los berrinches ni desilusiones y las decisiones siempre se respetan, razonado en la misma promesa de respeto al reparto de poder, posiciones y canonjías que se reparten posteriormente, para procurar darle siempre algo a todos.

 

EN LA DÉCADA DE LOS 70S LA historia de las designaciones presentó una variable que fue constante, cuando los perfiles que sucedían al presidente, designados por éste, surgían del interior del gabinete, perfiles tecnócratas (como les llamaron), sin experiencia en cargos de elección ni política de a pie, como el caso de José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, muy similares al de José Antonio Meade (con preparación de especialidad financiera), que en su carrera política fueron titulares de la Secretaría de Programación y Presupuesto (ahora Secretaría de Hacienda), perfil que se utilizaba como esta vez también será, como un valor agregado para atraer la confianza de los votantes, en un país muy generoso que siempre sufre de las malas decisiones en materia económica.

 

MÁS ADELANTE AL PERDER LA Presidencia de la Republica en el 2000, la elección del candidato del PRI estuvo condicionada a los perfiles que presentaba el partido en el poder (Partido Acción Nacional) para buscar establecer una estrategia “ganadora” que no llegó hasta el 2012 con el actual presidente Peña, sin especialidad financiera ni de gabinete, pero beneficiado por los pobres perfiles que desfilaron en la dirigencia Nacional del Partido Acción Nacional, donde el más célebre se recuerda por haber contraído nupcias con una conocida cantante del grupo “Jeans”

 

EL PAN NO SUPO TENER UNA “buena relación” del jefe del partido, con el jefe de la Nación, no supo qué hacer y acabó no haciendo nada para conservar el poder en 2012.

 

HASTA LA LLEGADA DE RICARDO Anaya, quien “se pasó de vivo” y pudo construir un proyecto político propio, incluso con otros partidos, para poder aspirar a ser (casi) abanderado en la próxima elección 2018, a la Presidencia de la República, aún cuando existen varios candidatos y candidatas que bien podrían abanderar dignamente a su partido, coalición o Frente Político, sin duda Anaya tiene grandes aspiraciones, pero esta vez tal vez puedan aplastar a los principios, liderazgos y futuro de su partido, como un alto precio de su “sueño personal”.

 

Y COMO UN DEJA VU intermitente, veremos nuevamente en la boleta electoral (se los prometo) a Andrés Manuel López, que esta vez dejó al partido que lo apoyó voluntaria e involuntariamente (en las últimas 2 elecciones, 2006 y 2012), para formar su propio partido (Morena), para ser líder de este y para nuevamente ser el candidato a contender por tercera ocasión, a la máxima investidura de México con la posibilidad de que la alternancia, democracia y errores de sus eternos adversarios le den esta vez la oportunidad para demostrar por qué en estos más de 12 años ha insistido (todos los días, meses y años) en querer ser el presidente legítimo de nuestro país.

 

LA HISTORIA DE LOS CANDIDATOS independientes, esta vez (en mi opinión) no vislumbra el interés ciudadano, por estar representada por perfiles “contaminados” de historia política de partidos y por la gran atención que acapara la disputa entre el partido en el poder (PRI, que hará todo para conservarlo), el Frente Ciudadano por México o “Todos contra el PRI” (con el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) y el regreso de la “leyenda viva” Andrés Manuel López, como “platillo fuerte” en las Elecciones 2018.

 

ES DE ESTA MANERA Y EN ESTA semana que arranca el Proceso Electoral 2018 en México, aún sin candidatos oficiales pero con la claridad que estos tres le darán forma a la contienda, que es la “madre de todas las batallas”, y que a partir de estos nombres se construirá una gran estructura para conseguir la mayoría de los votos el próximo 1 de julio de 2018.

 
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