Christian García y Polo Pacheco | 29/11/2017 | 01:10
San Luis Potosí, SLP.- Dese hace más de 15 años, tanto la Iniciativa Privada como las dependencias de salud y los grupos ecologistas han solicitado la reglamentación de las ladrilleras artesanales que se ubican en el norte de la ciudad y que producen una alta contaminación con partículas cancerígenas que afectan a la población de la capital potosina y su zona metropolitana, sin que hasta el momento se hayan hecho esfuerzos serios por llevar a cabo estas acciones.
En abril de 2016, la Segam aseguró que todo estaba listo para echar a andar el prometido Parque Ladrillero, que habían convencido ya al 90 por ciento de los productores artesanales de que mudaran su producción a las nuevas instalaciones, sin embargo ha pasado año y medio sin que se vuelva a hablar del asunto.
Contaminación incluye compuestos neurotóxicos
Las ladrilleras, en este momento son la fuente de contaminación atmosférica más severa de la ciudad, emiten compuestos cancerígenos, compuestos neurotóxicos que afectan al pulmón y que no solamente dañan a la población que vive cerca de las ladrilleras, sino a los ladrilleros mismos y a sus familias, advirtió para el noticiero Contacto Informativo, el investigador de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Fernando Díaz Barriga.
El catedrático cuestionó las razones por las que las autoridades no intervienen para poner solución a este problema, “si no se interviene por un justificante social, porque es un trabajo informal que afecta a capas marginales de la sociedad, la alternativa es darles un empleo decente a estas personas, generar microempresas que produzcan ladrillos cerámicos de alta tecnología y que mejore la calidad del aire en el norte de la ciudad”.
Díaz Barriga consideró que “es ridículo porque todo mundo sabe que está mal, pero absolutamente nadie está haciendo algo para cambiar algo que llevamos más de 10 años denunciando”.
Y es que Plano Informativo dio a conocer que desde hace 15 años y hasta el día de hoy, lo ladrilleros siguen utilizando combustibles y todo tipo de materia flamable para la elaboración del ladrillo, sin importar que a su alrededor existan asentamientos habitacionales.
Afectación a la salud ya es evidente
Hemos encontrado en los trabajadores del ladrillo compuestos en su aliento, que vienen de los pulmones, y nos hacen presumir que estos trabajadores no solamente están en riesgo de tener una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, sino que están en riesgo de contraer cáncer, advirtió el Investigador de Ciencias Ambientales.
Díaz Barriga agregó que en los niños que viven con familias de productores ladrilleros han detectado moléculas en su sangre y en su orina, de compuestos que demuestran que afectan al cerebro y que también son cancerígenos.
“Tenemos que recordar que los organismos internacionales más serios en el mundo han determinado que la contaminación del aire por este tipo de compuestos es una actividad cancerígena, yo no entiendo, si están todos los elementos puestos y se ha demostrado y cualificado, por qué las autoridades no han decidido hacer algo cuando además hay un costo social terrible”.
Otro problema es que si las verdaderas soluciones ambientales pasan por el desarrollo social y no por la aplicación de normativas, para qué están sirviendo las ladrilleras, “para quemar residuos peligrosos que de otra manera se tendrían que manejar de una forma diferente, es decir las ladrilleras le sirven a industriales para quemar sus residuos y a los constructores, quienes comprar ladrillo barato”, explicó.
Finalmente, aseguró que no es justo que haya personas y niños que estén siendo afectados por la omisión de las autoridades, que no cumplen con su papel.
Hace año y medio que se están reubicando
En abril de 2016, la titular de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental, Yvette Salazar Torres, aseguró que el 90 por ciento de los ladrilleros artesanales estaban de acuerdo en mudar su producción a las instalaciones del Parque Ladrillero, en la que se hicieron pruebas con nuevos y ecológicos hornos, pero para mayo tales hornos no habían logrado convencer a los productores.
Su material combustible
Estiércol, desechos electrónicos, plásticos, muebles, ropa y llantas, son los principales materiales que los ladrilleros de la zona norte de la capital usan como combustibles para sus hornos artesanales, generando una contaminación inimaginable y afectaciones a la salud de los vecinos de estas fabricas.
Se ha estimado que las ladrilleras mensualmente someten a combustión 41 mil litros de aceites residuales. Usan 272 mil litros de combustóleo y nueve mil 250 litros de mezcla de combustóleo y aceites automotrices residuales.
Los gases que se generan por la combustión de estas mezclas tienen un impacto en un área de cinco kilómetros a la redonda, por lo que tanto quienes trabajan en estos sitios como quienes viven cerca, se ven afectados.