Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
local

Ser mujer antes que Madre: KEYLING

Plano Informativo | 22/11/2017 | 11:50

A todas nos cambia la maternidad en mayor o menor medida. Sin embargo, una vez pasado el embarazo, el post parto y las novedades vitales que la crianza de un hijo trae consigo, algunas mujeres vuelven a ser las que eran, mientras que otras han sufrido tal transformación que pueden haber mutado en mujeres diferentes. Ahora son ante todo madres. Para lo bueno, para lo malo y con todo lo que esta decisión implica. En cierto modo, no sé si esto de anteponer el ser madre antes que mujer es una elección que hacemos de forma racional, o más bien tiene que ver con el afamado instinto maternal. Al final, si decides ser más mujer antes que madre y no dejar que esta parcela de tu intimidad invada todo tu ser, se te criticará por ser una desapegada y poco preocupada por el bienestar de tus hijos. Si te ves más como madre antes que como mujer, también te criticaran  con comentarios acerca de cómo has desperdiciado tu vida, tu carrera, tu apariencia y lo poco interesante que has pasado a ser. Sin embargo creo que se trata de mantener un equilibrio saludable que nos haga sentir feliz como mujer y plena como madre, más allá de lo que piense la gente, lo que importa realmente, es como nos sentimos.

Mencionaré algunas cosas que cambian al ser madre, a ver que piensan ustedes:

1. Tu físico.

Cuando la maternidad llama a tu puerta, si quieres seguir siendo la mujer que fuiste antes del parto vas a tener que esmerarte. Muchas nos dejamos un poco cuando hacemos una inmersión completa en la crianza. Con algunas estrías del embarazo, manchas en la piel, kilos de más, perdiendo el cabello, con ojeras por no dormir lo suficiente. Puede que pasen meses, o incluso años, hasta que volvamos a vernos como nos veíamos . Pero poniendo un poco de nuestra parte todo es recuperable!!!

2. Tus cuidados. Nos guste o no, los cánones de belleza están ahí, junto con la vanidad tratando de someternos a todas. Y para ser verdad en ellos no se contempla si ya eres mamá o no. O sea, que si quieres estar al día como mujer, no puedes desatender la depilación, ni la peluquería, ni los tratamientos cosméticos, etc. Si por el contrario crees que puedes relajarte un poco, no te preocupes, que así se vive muy cómoda y con una despreocupación envidiable.

3. Tu ropa.

Y es que después de que una tiene niños, cada vez que sales de compras vuelves con cosas para ellos. Y al menos a mi no me molesta en lo más mínimo. Si eres feliz viviendo tu maternidad con unos leggings y una camiseta ¡que bueno! Pero si antes eras una mujer de ir de tacones hasta al súper mercado lo más probable es que quieras seguir haciéndolo.  Lo importante es que te sientas cómoda en cualquiera de las dos facetas.

4. Tus aficiones.

Muchas mujeres sacan tiempo para ir al spa, al teatro, a conciertos, viajan sin hijos y hacen mil cosas  mientras tratan de llevar una vida muy parecida a la de antes de su maternidad. Dicen que esto es posible, pero yo no puedo confirmarlo. No, porque a mí me ganó la vena de madre y el gimnasio fue sustituido por hacer sentadillas a la par de que veo caricaturas al lado de mis pequeños (es el balance de hacer lo que me gusta sin dejar a los peques), los espacios de ocio para adultos han quedado en el olvido y no dejo a mis hijos a cargo de otra persona si no tengo un motivo de peso para hacerlo. Si yo viajo, mis niños viajan. Las vacaciones y fines de semana sin ellos no tienen cabida en mi familia, por lo que los planes los adaptamos a cosas que todos podamos disfrutar.

5. Tu trabajo.

 Si tu faceta de mujer antes que madre se impone, verás el trabajo como una liberación. Será una forma de estar en contacto con tu vida anterior, con la carrera profesional que seguro que te ha costado tanto esfuerzo labrarte, e incluso acudirás a él para descansar un poco de la vida maternal. Pero en ocasiones, por muy moderna y muy liberal que se crea una, la maternidad llega para cargarse tu escala de valores. Y puede que cuando te toque volver al trabajo, te sientas incapaz de dejar a tu hijo al cuidado de otra persona. Ni guarderías, ni niñeras serán lo suficientemente buenos para ti y puede que quieras tirar toda tu carrera por la borda o dar un parón en seco para poder vivir siendo madre las 24 horas del día durante mucho más tiempo. Puede que esta sea una de las decisiones más difíciles que te toque afrontar, y hay que hacerlo con calma, meditando cada paso hasta el último recoveco y ajustando todas las cuentas posibles. Cuando tomes la decisión, sea la que sea, al menos estarás segura de que lo has puesto todo de tu parte para acertar (o terminarás llevándotelos contigo como hago yo... jajajaja)

6. Tus amigos.

Si tienes hijos y amigos que aún no han sido padres, es casi seguro que esto va a pasar. Primero no tendrán temas en común relacionados con el embarazo, el post parto y la crianza. Después, te darás cuenta de que sus actividades de ocio y horarios no cuadran con los tuyos como madre, y que el bebé no será bien recibido en determinados ámbitos. Es habitual que amistades duraderas se distancien con la llegada de los hijos.

7. Tu pareja.

La dejo para el final porque creo que es de las partes personales más importantes y es la base de el pilar de la familia. Porque ahora el epicentro de sus vidas es otra personita.

La que se sabe mujer y también madre, será capaz de encontrar tiempo para todo, poder ser trabajadora  y esposa sin sentirse  mala madre, ya que es fundamental estara bien con una misma, hacer las cosas que nos gustan, mantener nuestra buena autoestima y la comunicación con nuestra pareja para que exista armonía a nuestro alrededor.

Si estamos felices como mujeres que somos, podremos sentirnos plenas en nuestra faceta de madre, y madres felices crían niños felices.

 

Blogger: Keyling Fernández

Instagram: KeylingOfficial