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¿Por qué los niños japoneses son los más sanos del mundo?

Agencia | 22/11/2017 | 09:39

Todos queremos que nuestros hijos crezcan en un ambiente sano y feliz, pero lo que muchos no admiten es que gran parte de esta tarea depende de los padres.

En términos generales, la obesidad infantil se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años. Concretamente, las niñas con obesidad pasaron de ser cinco millones a 50 millones; mientras que el caso de los niños, y en ese mismo transcurso de tiempo, la cifra incrementó de seis millones a 74 millones.

En el caso de España, según una investigación de la OMS, entre 1975 y 2016 la prevalencia de la obesidad ha aumentado en niños del 3% al 12% y en niñas, del 2% al 8%. En definitiva, hay que tomar medidas, ya que esto puede acarrear grandes problemas a lo largo de su vida.

Pero, ¿qué podemos hacer para evitarlo? El último informe publicado en The Lancet asegura que los niños japoneses son los más sanos del mundo, por eso BI se ha propuesto averiguar qué les hace diferentes, en qué consiste su alimentación y cómo es su estilo de vida.

Así que si quieres saber qué puedes hacer para que la salud de tus hijos sea óptima, atento a este artículo.

1. Comidas familiares saludables
La comida japonesa es especialmente rica en nutrientes de alta de calidad, lo que implica que las personas que la consumen tiene menos antojos (y, por lo tanto, menos hueco para la comida basura).

Esto no implica que tengas que comer algas, sushi y tofu o que tengas que darle eso a tu hijo. Sólo tendrás que modificar la alimentación de tu familia y hacerla más saludable.

En este sentido, te recomendamos apostar por las verduras, frutas, frijoles, granos integrales y lo que se conocen como grasas saludables (pescado rico en omega 3), desplazando alimentos procesados con azúcares añadidos o los que contienen mucha sal.

Esto ayudará a minimizar los riesgos de obesidad y las enfermedades que desencadena, lo que hará que, tanto tú como tus hijos, tengáis una vida más larga y saludable.

Como último consejo, te diremos que una de las claves de la comida japonesa está en la base de su alimentación: el arroz (en vez de la pasta o el pan). La ventaja de esto es que la densidad calórica es mucho menor, además de que llena el estómago y puede ayudar a desplazar otros alimentos menos saludables.

2. Come con ellos
No es malo que tu hijo tome chucherías o dulces. Eso sí, con moderación. Tienes que hacer que se sienta cómodo comiendo, y que su alimentación sea sana y equilibrada. Por eso, no es malo que le des algún caramelo de vez en cuando, pero no todos los días.

Lo que sí dicen los expertos es que es importante que te sientes con ellos a comer, al menos, una vez al día. Así aprenderán a disfrutar de la comida y a desterrar el estrés que supone para muchos pequeños el hecho de comer algo que no les guste.

3. Anímale a probar nuevos alimentos
Los gustos de los niños cambian con el tiempo, y los padres son los encargados de dirigirles sutilmente hacia una alimentación sana. Cuanto antes se les exponga a ello, más rápido estarán dispuestos a comer comida más saludable.

Cuanto más prueben, más posibilidades tendrán de que les guste algo y más sana será su dieta durante su infancia y, posteriormente, durante su etapa adulta.

Así que no tengas miedo a darle de probar algo y que no le guste, inténtalo poco a poco y sin presionarle.

4. Porciones japonesas
La mayoría de nosotros tomamos porciones que equivalen a las de los restaurantes, lo que es un error.

¿Cómo se puede normalizar esto? Un truco es dejar los platos grandes en el estante más alto de la cocina y servir la comida en platos pequeños. En otro plato (aún menor, como por ejemplo el de las tazas) sirve el pan o la ensalada.

Como consejo, te recomendamos que dejes que los niños se sirvan por sí solos. De esta forma, aprenderán las cantidades que son capaces de comer.

5. Los niños tienen que salir, correr y jugar
Sabemos que es difícil hacer que los niños se separen de las pantallas, pero tienes que hacer que jueguen al aire libre 60 minutos al día, como mínimo.

Los jóvenes japoneses tienen índices de actividad física increíblemente altos (98,3%), ya que van andando o en bici al colegio, lo que contribuye a que los índices de obesidad de los mismos sean increíblemente bajos.

6. Estilo familiar sano
Los niños imitan todo lo que hacen los adultos. Por eso, si ve que sus padres llevan un estilo de vida sano, ellos también querrán llevarlo.

El consejo que te contábamos antes de hacer una comida con ellos todos los días es un buen ejemplo, ya que mejorará su dieta y se divertirán comiendo porque están contigo. Además, así harás que se acostumbren a unos horarios fijos.

7. No tengas miedo a ser el jefe
Algunos padres se sienten incómodos de ejercer su autoridad, sobre todo cuando se trata de sus hijos y sus hábitos alimenticios.

Sin embargo, no hay por qué tenerle miedo. Los niños tienen que saber que hay que seguir una serie de reglas, pero hay que explicárselas y darles una razón. No sirve de nada seguir el principio de “porque lo digo yo”, tienes que hacerles ver que hacer ejercicio y comer sano es bueno para su salud.