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La comida puede mejorar la salud mental

Agencia | 21/11/2017 | 11:09

Los romanos ponían en práctica la maxima grecolatina de “mens sana in corpore sano”. No hay duda de que aquello que nos llevamos a la boca beneficia (o perjudica) a nuestro organismo y por ende, también a nuestra mente. Y aunque quizás nunca lo habías pensado, más allá de los nutrientes beneficiosos y de los hábitos saludables, también son fundamentales todos y cada uno de los aspectos que abarcan nuestra relación con la comida.

Desde cultivar y cosechar nuestros propios alimentos hasta el proceso de cocinarlos y servirlos, todos estos puntos tienen en el potencial de mejorar nuestro bienestar y nuestro sentido de conexión con el planeta y con las personas que queremos. Por eso, a continuación, enumeramos cinco maneras científicamente validadas por las que la comida puede ser “tu mejor medicamento”.

-El cultivo de alimentos reduce el estrés y aumenta la satisfacción con la vida: Así lo confirma este estudio publicado Preventive Medicine Reports, afirmando que la jardinería mejora la salud psicológica y social, así como el bienestar físico a través de la exposición a la naturaleza, el ejercicio, el tiempo que compartimos con otras personas en jardines comunitarios o familiares, a lo que se suma la mayor disponibilidad de productos frescos disponibles. Además, ensuciarse las manos (literalmente) resulta ser muy positivo para la salud, ya que los investigadores han encontrado un vínculo entre las bacterias del suelo y la resistencia al estrés a través del microbioma, que promueve una función cerebral saludable.

-La creatividad vinculada a la cocina produce emociones positivas: Este estudio publicado en el Journal of Positive Psychology, analizó lo que ya sabíamos de antemano y el imaginario colectivo siempre tiene presente: cocinar un plato creativo puede levantarte el ánimo. En este caso, los investigadores analizaron a más de 650 adultos jóvenes con el fin de rastrear la correlación entre sus actividades cotidianas y sus estados emocionales. Como era de esperar, experimentaron un mayor florecimiento y positivismo en los días posteriores al aumento de la creatividad que puede ser, entre varios tipos, de carácter culinario.

-Cocinar para otros tiene efectos beneficiosos: La investigación científica ha confirmado en repetidas ocasiones los beneficios del altruismo, o la sensación de bienestar que sentimos cuando hacemos las cosas solo para ayudar a los demás. De este modo, las personas que participan regularmente en actividades “voluntarias” tienen tasas más bajas de depresión y un mayor sentido de propósito en la vida, además de una vida más prolongada. Este principio puede aplicarse a los procesos en los que invertimos tiempo y energía en cocinar para los demás. “Cocinar y servir una comida, y que la gente lo disfrute, crea instantáneamente un ciclo de retroalimentación positivo”, apunta Jeffrey Zurofsky, director del programa culinario para programas de tratamiento de salud mental para adolescentes en Newport Academy.

-Comer lentamente y con atención consciente mejora la salud mental: Los beneficios de la meditación y el mindfulness son más que evidentes. Por ejemplo, este estudio descubrió que la meditación tenía el mismo efecto que los antidepresivos en torno los síntomas de ansiedad y depresión. Y la gratitud, derivada de este tipo de prácticas aumenta inmediatamente los niveles de felicidad, como muestran las investigaciones de los pioneros de la psicología positiva Robert Emmons, Martin Seligman y Barbara Fredrickson. Por ello, es fundamental tomarse el tiempo para percibir y apreciar todas las sensaciones de disfrutar de una comida, y sentirse agradecido por ello. ¡Los efectos serán instantáneos!

-Los nutrientes en una comida saludable tienen múltiples efectos protectores para los problemas mentales: Lo que comemos tiene el poder de prevenir o ayudar a revertir los desafíos de salud mental. Múltiples estudios, incluido el innovador ensayo SMILES, han demostrado el increíble impacto de los alimentos en nuestro estado de ánimo, vinculando nutrientes específicos con resultados positivos cuantificables. Sin ir más lejos, los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en peces como el salmón y la caballa pueden tener efectos antidepresivos.