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Crece interés por la criopreservación

Agencia | 19/11/2017 | 14:09

Con la esperanza de una “posible resurrección” para personas que murieron a causa de enfermedades, las empresas dedicadas a la criónica o criopreservación de humanos mediante congelación tras su muerte, siguen a la alza, y es que a la competencia en el mercado que dominan las estadounidenses Alcor Life Extension Foundation, Cryonics Institute y la rusa KrioRus, se suma TimeShip, que con una megaconstrucción en Comfort, Texas, espera albergar los cuerpos congelados de hasta 50 mil personas, señalan reportes de la revista de innovación tecnológica MIT, la revista Newsweek y los periódicos The New York Times, Financial Times, el británico Daily Mail.
 
Según el Daily Mail y la cadena estadounidense CNN, de acuerdo con la revista New Scientist, el sitio, que permitirá la “hibernación” de 50 mil cuerpos, se configurará como la “Meca de la criogenia” y será la estructura más grande, edificada en 65 mil metros cuadrados, dedicada a la investigación de la extensión de la vida y la criopreservación en el mundo.
 
Diseñado por el arquitecto Stephen Valentine, el megaedificio se ubicará en una gran parcela de tierra en Texas, y se espera comience a dar una apertura firme al proyecto en el 2018, además de que, por seguridad, la estructura contará con materiales de acero y concreto para protegerlo de cualquier peligro imaginable, desde desastres naturales hasta ataques terroristas.
 
La revista MIT refiere que este megainmueble no sólo albergará cuerpos, también almacenará material biológico, incluidas células, tejidos y órganos.
 
Reportes del Daily Mail indican que el inmueble será un “centro de la inmortalidad” para facilitar la investigación para extensión de vida y la criónica, y contará con instalaciones seguras y tecnológicamente avanzadas para almacenar materiales biológicos criopreservados.
 
Aunque no existen cifras exactas sobre el número de “pacientes” ya instalados en cápsulas de hibernación, se estima que entre Alcor, Cryonics y KrioRus hay más de 450 personas que fueron sometidas a criogenia.
 
Desde 1967, Alcor, con sede en Arizona, ha congelado a 146 “pacientes” y tiene 950 miembros inscritos. En la mayoría de los casos (90) es sólo la cabeza la que se conserva en estanques de nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero. “Cuesta 200 mil dólares por todo el cuerpo y 80 mil dólares sólo la cabeza”, explica Marji Klima, asistente ejecutiva de la compañía. “Si el paciente no es estadounidense debe pagar 10 mil dólares extras”, agrega.
 
Otra empresa dedicada a la criogenia es la también estadounidense Cryonics Institute, con sede en Michigan y fundada en 1976 y que tiene en su recinto a 137 pacientes “en hibernación, sólo de cuerpo entero y 930 miembros inscritos para el proceso. “El 40 por ciento son extranjeros. Trabajamos junto a grupos de apoyo locales en cada país para transportar a nuestros pacientes”, cuenta Andy Zawacki, director del instituto.
 
A estas compañías que buscan una resurrección futura también se suma la empresa rusa KrioRus, fundada en 2005 y que no sólo ofrece congelar humanos, sino también mascotas. Su sede es un pueblo cubierto de nieve a 76 kilómetros al noreste de Moscú.
 
Contrario a los procedimientos de las otras empresas competidoras en el ramo, KrioRus quiere ir más allá de lo ahora establecido, por lo que ya proyecta la recaudación de dinero con empresas privadas de salud y con organizaciones que apoyan la eutanasia, para abrir un laboratorio en Suiza, donde la muerte asistida es legal, para llevar a cabo el controvertido procedimiento.
 
Al congelar un cuerpo antes de la muerte, los científicos dicen que pueden evitar el daño cerebral extenso, aumentando las posibilidades de que el cuerpo pueda volver a la vida algún día, destaca la revista Newsweek.
 
La compañía tiene más de 60 cuerpos humanos o cabezas y 20 animales congelados en tanques en Rusia, pero todos fueron congelados cinco minutos después de la muerte. KrioRus ofrece costos para congelar cuerpos que van desde los 36 mil dólares si la congelación es por partes, o en 80 mil dólares si es de cuerpo completo.
 
La competencia sigue creciendo en este ramo, pero de acuerdo con la revista Newsweek y el periódico The New York Times, en ninguno de estos sitios de criogenia se les asegura a los clientes que serán resucitados, por lo que su decisión o de sus familiares que aprueban el procedimiento de congelación no permitirá reclamos.
 
Aparte de estas empresas existen otras organizaciones menores que ofrecen el servicio en Estados Unidos y España, y hay planes para crear nuevos depósitos en Suiza y Brasil.
 
La criónica surgió como un movimiento apegado a fanáticos de la ciencia ficción en la década de los 50 del siglo pasado, pero evolucionó hacia organizaciones que la adoptaron como un suceso posible de hacerlo realidad. A partir de esto varias compañías comenzaron a ofrecer el servicio, primero con espacios como en las morgues, lo que llevó a varias a durar poco, por lo que entregaron los cuerpos que tenían a otras empresas más consolidadas.
 
En 2008 un grupo de 64 científicos de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos y Europa suscribieron una carta abierta en favor de la criónica. Uno de los más connotados fue Michael West, presidente de Advanced Cell Technologies, uno de los primeros en clonar embriones humanos, en 2002. Él ha sostenido públicamente que en el futuro será perfectamente posible regenerar cuerpos completos con la ayuda de la nanotecnología.
 
¿Qué es la criónica?
 
Es la preservación a bajas temperaturas (criopreservación) de seres humanos que la medicina contemporánea ya no puede mantener con vida, con el objetivo de tratarlos médicamente y reanimarlos en el futuro.
 
El fundamento básico de la criónica es que la memoria y personalidad se encuentran almacenadas en la estructura y la química cerebral, esto es generalmente aceptado en medicina. Investigaciones han comprobado que la actividad cerebral puede detenerse y después reactivarse bajo determinadas circunstancias, aunque la controversia sobre la reversibilidad de la neuropreservación todavía continúa.
 
El procedimiento consiste en bajar inmediatamente tras el óbito la temperatura del cadáver a 70 grados bajo cero y sustituir la sangre por un fluido anticongelante. Luego el cuerpo se guarda en el tanque de nitrógeno líquido, a 196 grados bajo cero, con la esperanza de reanimarlo en un futuro, donde la medicina lograría ese milagro y también curar las enfermedades que acabaron con la vida del paciente.
 
A pesar de los avances de la ciencia y los avances de la tecnología, la criónica aún es un tema tratado con escepticismo por determinadas partes de la comunidad científica, y hay registros de denuncias contra quienes llegan a practicarla, incluso universidades, a los que califican de pseudocientíficos.