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Comer demasiado saludable puede convertirse en una enfermedad

Agencia | 16/11/2017 | 12:51

La comida saludable está de moda y muchas personas apuestan a un viraje en sus hábitos alimenticios. A veces optan por el vegetarianismo o el veganismo. Algunos se inclinan por ingerir solo alimentos crudos sin productos animales, mientras que otros se limitan a reducir la ingesta de sal refinada y azúcares.

Estos cambios de paradigma resultan interesantes ya que todos conllevan como centro la búsqueda de mejor salud. Ahora, ¿sabías que comer demasiado saludable puede convertirse en una enfermedad? Se la conoce como ortorexia.

Cuando lo saludable se convierte en obsesión
La ortorexia es un término acuñado por el médico Steven Bratman hace relativamente pocos años. Se trata de la obsesión por llevar una dieta «correcta», que no incluya grasas, azúcar y sal agregadas, saborizantes y conservantes ni alimentos genéticamente modificados. Según el psicólogo Sherry Pagoto, esta preocupación por la comida sana se vuelve una patología «cuando empieza a perturbar nuestros vínculos, nuestro trabajo y nuestra vida cotidiana en general».

Cómo se manifiesta
Aquellos que padecen ortorexia están tan preocupados por no salirse de su estricta dieta que empiezan a rechazar invitaciones. El miedo a que falten alimentos acordes o el hecho de negarse a ingerir «alimentos impuros» provoca efectos negativos en sus vínculos sociales y familiares y afecta también los niveles de estrés de la persona.

Algunos también invierten demasiado tiempo intentando conseguir comidas y preparando determinados platos con el fin de ocultar sus hábitos y de evitar las posibles críticas.

Es diferente de la anorexia
Aunque suenen de manera similar no deberíamos confundir la ortorexia con la anorexia. Ambos son trastornos alimenticios, pero en la ortorexia la persona no necesariamente persigue el fin de perder peso. En todo caso, busca alcanzar una salud física  «perfecta». Por ejemplo, una persona con anorexia evitaría incorporar todo tipo de grasas, mientras que una que padece ortorexia sí incorporaría grasas saludables como las de los frutos secos y el aguacate.

El tratamiento
Dado que el término «ortorexia» apareció como tal a finales de los 90, aún no existe una cantidad importante de estudios al respecto., por lo que queda mucho camino por recorrer a la hora de encontrar un tratamiento adecuado. Por fortuna, existen profesionales formados para guiar a las personas que la padecen. Algunos, por ejemplo, se inclinan por indicar medicación y cambios en la dieta. Otros combinan terapias más tradicionales como el psicoanálisis con otras más novedosas como el mindfulness.

Es importante aclarar que la ortorexia no aplica para personas que tienen ciertas restricciones alimenticias como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa. Recuerda que la buena salud no refiere únicamente a la alimentación equilibrada sino también a una mente en armonía.