Llegó a pesar hasta 230 kilos, hoy pesa casi 100 kilos menos

San Luis Potosí, SLP.- Su límite eran dos refrescos de cola de dos litros diariamente como agua de uso, Juan Pablo Ramírez oriundo de Ciudad Valles llegó a pesar 230 kilos; este día luce sus antiguos ropajes y se le ven bastante holgados. Hoy, Juan Pablo pesa 139 kilos, se siente motivado, dice con convicción que la “vida le ha dado la oportunidad de vivir y no quiere desaprovecharla jamás”.

La doctora Cesia Mezomo Quinto, directora de la Unidad de Especialidades Médicas en Enfermedades Crónicas de Ciudad Valles (Uneme), explica que el caso de Juan Pablo fue un reto clínico, en donde desde luego la institución podría apoyar en forma integral, siempre y cuando el paciente se convenciera de la importancia de ver por su estado físico.

“Juan Pablo podría haber tenido un infarto tan solo por el problema de sobrepeso que tenía, su ritmo cardíaco era muy acelerado, con taquicardia constante, aparte él se le detecta hipertensión y no estaba controlado, se le elevaban los triglicéridos. Hoy está consciente y orientado, mucho mejor que hace año y medio cuando iniciamos”, abunda la directora de la UNEME.

Juan Pablo recuerda: “no tenía medida, comía de todo y deshoras; ya no me permitía realizar mis actividades de trabajo o cualquier actividad, me cansaba, llegué a pesar 230 kilos, fue cuando decido poner un alto y cambiar porque el daño que me estaba haciendo era enorme”, agrega.

En esta UNEME con especialidad en Enfermedades Crónicas se tienen cerca de 200 personas en control de diabetes e hipertensión principalmente; tiene la características de ser una entidad de tipo integral, pues un paciente no solo es visto por el médico especialista, sino también por una nutrióloga, un psicólogo y trabajo social; es decir, las patologías crónicas deben ser abordados interdisciplinariamente para que tengan éxito.

La nutrióloga Laura Salas recuerda que Juan Pablo desde el principio fue un paciente que se mentalizó y se apegó a tratamiento, “tenía hábitos dañinos como ayunos prolongados, y a la par no comía adecuadamente, aunque desde un principio es importante que el paciente sea consciente del mal que se tiene, para de ahí partir, sino  no habría éxito”,  agrega la especialista en nutrición.

“Principalmente en él su estrategia era cambiar hábitos, apegarse a tiempos de comida, incluir frutas y verduras, uso de agua simple, evitar azúcares simples y elevados en sodio como embutido o enlatados, incluir actividad física e ir modificando plan de alimentación de acuerdo a reducción que vaya teniendo al reducción de su peso”, explica Laura Salas.