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La diabetes gestacional

Agencia | 15/11/2017 | 11:34

La diabetes gestacional se puede diagnosticar por primera vez durante el embarazo. Esta afección, que afecta del 3 al 10% de las mujeres embarazadas, se caracteriza por el aumento de los niveles de azúcar en la sangre, casi siempre en torno a las 24-28 semanas de gestación.

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el organismo es incapaz de regular los niveles de glucosa que circulan a través del torrente sanguíneo. La glucosa es una sustancia que se obtiene a través del proceso de digestión de los alimentos y, posteriormente, con la ayuda de la insulina (una hormona segregada por el páncreas) es utilizada por todas las células del cuerpo como fuente de energía.

La diabetes se origina cuando hay una deficiencia en la producción de insulina, o bien, cuando el cuerpo desarrolla una resistencia a la misma, dejando de utilizarla de forma correcta.

Causas
La diabetes gestacional se produce cuando el cuerpo de la madre gestante no produce suficiente insulina o no consigue utilizarla en las cantidades necesarias para el embarazo. Esta situación es común en el último trimestre del embarazo, dado que la mujer tiende a tener cierto grado de resistencia a la insulina.

Factores de riesgo
Primer hijo con un defecto congénito o con un peso al nacimiento superior a 4 kg.
Mujeres con antecedentes de abortos espontáneos o mortinatos.
Antecedentes familiares de diabetes o de diabetes gestacional.
Aumento excesivo de peso durante el embarazo.
Presencia de síndrome de ovario poliquístico.
Embarazos en mujeres mayores de 30 años.
Sobrepeso u obesidad antes del embarazo.
Exceso de líquido amniótico.
Hipertensión arterial.

Síntomas
A menudo, las mujeres embarazadas que padecen este trastorno no desarrollan síntomas contundentes que permitan su identificación.

Un gran número de casos se detectan en los análisis rutinarios del control prenatal, donde se determinan los niveles altos de azúcar en la sangre. Sin embargo, en algunos casos se pueden notar síntomas propios de la diabetes, que no ponen en riesgo la vida de la mujer embarazada. Algunos de los más comunes son:

Infecciones urinarias y vaginales.
Incremento de la micción.
Sensación de fatiga.
Náuseas y vómitos.
Pérdida de peso.
Demasiada sed.
Visión borrosa.

Consecuencias de la diabetes gestacional
Aunque la vigilancia y control de la diabetes gestacional disminuye de forma significativa los efectos en la madre y el feto, es importante conocer cuáles son las posibles consecuencias a las que se pueden enfrentar.
Riesgos para la madre

Mayor incidencia en trastornos de la concepción (abortos espontáneas, fallo de implantación, entre otros).
Incremento del riesgo de diabetes mellitus en años posteriores al embarazo.
Riesgo de sufrir diabetes gestacional en un siguiente embarazo.

Riesgos en el desarrollo del embarazo
Tamaño del feto elevado en relación con su edad (macrosomía).
Mayor riesgo de malformaciones congénitas.
Retardo del crecimiento fetal.
Muerte fetal intrauterina.
Nacimiento prematuro.

Riesgos para el bebé
Alteración en los niveles de lípidos en la sangre (dislipemia).
Síndrome de dificultad respiratoria.
Diabetes en la adultez.

Diagnóstico
En la mayoría de los casos, la diabetes gestacional inicia después de la mitad del embarazo. Por esta razón, entre la semana 24 y 28 de embarazo, todas las mujeres reciben una prueba oral de tolerancia a la glucosa, la cual permite detectar la afección.

Si esta resulta positiva, posteriormente se realiza una prueba confirmativa mediante sobrecarga oral de glucosa (SOG). Tras recibir el diagnóstico, se puede observar la evolución de la enfermedad en casa con la ayuda de un glucómetro.

Tratamiento de la diabetes gestacional
El tratamiento de la diabetes gestacional se realiza principalmente a través de la dieta, ya que los hipoglucemiantes orales están contraindicados para las mujeres embarazadas.

La insulinoterapia se aplica solo en aquellas pacientes que no responden de manera satisfactoria a la dieta y el ejercicio. El objetivo principal es tratar de mantener los niveles de azúcar en la sangre dentro de los límites normales durante el embarazo.

Dieta y ejercicio
El médico nutricionista es el encargado de indicar el tipo y composición de la dieta de la paciente embarazada, en función de sus características. En general, una mujer con diabetes gestacional debe:

Limitar al máximo el consumo de azúcar.
Moderar el consumo de grasas y proteína.
Tomar algunos suplementos vitamínicos (especialmente con vitamina D).
Elegir fuentes de carbohidratos complejos (frutas, verduras, cereales integrales).

En cuanto al ejercicio, se recomiendan las actividades de bajo impacto como:
Nadar.
Caminar.
Usar una máquina elíptica.

Vigilancia del bebé
Por las posibles consecuencias que acarrea la diabetes gestacional en la madre y el bebé, es fundamental mantener un continuo monitoreo fetal para llevar un mejor control de la enfermedad por el resto del embarazo. Estas revisiones permiten, entre otras cosas, evaluar el tamaño y la salud del feto.

Se realiza una cardiotocografía en reposo. Una prueba indolora y sencilla para la madre y el bebé.
Con esta, el médico puede comparar el patrón de latidos cardíacos del bebé con los movimientos y averiguar si se encuentra bien.

Si estás planeando un embarazo y tienes dudas al respecto, acude a una consulta preconcepcional, donde podrás recibir más información y pautas saludables para empezar a cuidarte desde antes de la concepción.