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¿Por qué algunos sueños los recordamos y otros los olvidemos?

Agencia | 15/11/2017 | 10:52

No hace mucho, un grupo de científicos descubrió que echarse una pequeña siesta después de comer nos ayudaba a mejorar nuestra productividad.

Sin embargo, lo que les preocupa ahora a los expertos es el mundo de los sueños. Y es que, aunque algunos días recordamos todo lo que nos ocurre mientras dormimos, en otros casos nos despertamos como si no hubiera pasado nada.

Matthew Walker ha estado estudiando durante años este proceso y ha expuesto sus teorías en su libro Why we sleep, donde señala que los sueños son necesarios para nuestra salud mental y emocional.

Pero, ¿por qué recordamos algunos sueños y otros los olvidamos? Lo primero que hay que tener en cuenta para responder a esta pregunta es que los seres humanos dormimos en ciclos de 90/100 minutos que se dividen en diferentes etapas (unas más pesadas y otras más ligeras).

“Técnicamente soñamos en cada etapa, pero la fase conocida como Movimiento Oculares Rápidos (REM) es donde se produce nuestro ciclo de sueño más profundo y, por lo tanto, cuando los sueños son más vívidos y narrativos”, explica Walker.

El sueño de los bebés está dividido en fases, al igual que el de los adultos, pero mientras que nosotros pasamos por cinco etapas, ellos sólo tienen dos. Por eso la mitad de su tiempo de sueño se enmarca dentro de la fase REM, mientras que la de los adultos sólo dura un 20%.

Aunque nuestro cuerpo esté totalmente paralizado, nuestro cerebro se vuelve hiperactivo. La percepción visual y los centros de movimiento del cerebro se iluminan a través de imágenes por lo que, en esta fase, el hipocampo y la amígdala (centros de memoria y emoción) están llenas de vida. Walker asegura que estas regiones son hasta un 30% más activas en el sueño REM que en las horas de vigilia.

La fase REM del sueño siempre es más larga que las otras y se produce al final, y por eso somos capaces de recordar los sueños que tenemos durante este periodo. Por eso es más probable que recordemos algo que hayamos soñado justo antes de despertar que uno que se produjo al principio de la noche.

Pero eso no es todo. Después de las pruebas realizadas en su laboratorio del sueño, Walker cree que recordamos con mayor precisión aquellos sueños que son más extravagantes o emocionales. Además, sugiere que si no recordamos nada es probable que no nos hayamos despertado en el momento adecuado.

De hecho, durante su estudio hacía que sus pacientes se despertaran en medio de la fase REM, lo que hacía que se acordaran de la mayoría de las cosas con las que habían soñado.

Lo que está claro es que los sueños nos permiten convertir nuestra noche en una novela nocturna o hacer terapia con las cosas que nos ocurren. Así que sólo necesitamos despertarnos en el momento adecuado para recordarlos.