Lamborghini se une con el MIT para superdeportivo eléctrico

La marca italiana reveló la semana pasada su proyecto Terzo Millennio (“tercer milenio”) en la conferencia EmTech celebrada Cambridge (EEUU).

Ya lo avisó Stephano Domenicali, CEO de Lamborghini, cuando en la pasada edición del Salón del Automóvil de Ginebra anunció que la marca comercializará superdeportivos eléctricos a partir de 2025. El camino es largo, y por eso Lamborghini empieza a mostrarnos sus primeros pasos firmes con ‘El Terzo Millennio’, traducible al español como “El tercer milenio”, un prodigioso vehículo 100% eléctrico.

Y decimos ‘asombroso’ porque la compañía Lamborghini ha desarrollado el primer coche deportivo autorreparable del mundo, gracias a su capacidad para monitorizar información sobre el vehículo y detectar grietas en su superficie haciendo uso de sensores, y repararlas posteriormente rellenando dichas grietas con nanotubos, todo ello gracias a tecnologías desarrolladas en colaboración con investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Boston.

Sin embargo, la autorreparación no es la única innovación que ofrecerá la marca italiana: su objetivo es desarrollar superdeportivos eléctricos equipados con sistemas de almacenamiento energético mejorados y fabricados con materiales innovadores (y todo ello sin dejar de lado los aspectos de diseño que caracterizan a la marca). Con el objetivo de estar a la altura de los requisitos energéticos de un coche de este tipo, la marca ha desarrollado un innovador material exterior que se convierte en un acumulador de energía. Se trata de una fibra de carbono capaz de almacenar electricidad mediante la incorporación de nanotubos para guardar la corriente, de tal modo que la carrocería es una batería más del vehículo.

Stefano Domenicali, CEO de Lamborghini afirmaba que “Hace exactamente un año que firmamos un acuerdo con el Programa MIT-Italia del Instituto de Tecnología de Massachusetts […] la colaboración entre el MIT y nuestro departamento de investigación y desarrollo constituye una oportunidad excepcional para hacer aquello en lo que Lamborghini siempre ha sido muy bueno: reescribir las reglas de los coches superdeportivos”.