El gobierno alemán expresó hoy una gran preocupación por el conflicto entre Arabia Saudita e Irán, que tienen a Líbano y a Yemen al borde de guerras subsidiarias.
El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró este viernes en Berlín que el gobierno de la canciller federal, Ángela Merkel, ve en forma crítica la política de Irán, en apoyo del gobierno del presidente sirio, Bashar el Assad, y de la milicia chiíta Hezbolá en Líbano.
El gobierno alemán apeló además a Arabia Saudita y a Irán a que no debiliten con su enfrentamiento la estabilidad política de Líbano. El enfrentamiento saudita-iraní por arrebatarse el control del poder en el Medio Oriente, y está abriendo peligrosos campos de batalla en Líbano y en Yemen.
Líbano vivió de 1975 a 1990 una compleja y sangrienta guerra civil y apenas está cosechando los frutos de la paz. Una nueva guerra en el Medio Oriente además de la de Siria, pondría en llamas a la región.
Riad y Teherán no han llegado al choque directo pero ya mantienen una guerra subsidiaria en Yemen. Es decir, la confrontación entre Saudiarabia e Irán se lleva a cabo en el territorio de terceros países.
El conflicto ha alcanzado también al Líbano, donde las tensiones políticas se han disparado con la reciente dimisión de su primer ministro, Saad Hariri, una renuncia que anunció a su país desde Saudiarabia, porque argumentó que la milicia chiíta aliada a Irán, Hezbolá, va a tratar de matarlo. Hariri es aliado de Arabia Saudita.
Muchos libanses creen que ese país lo está usando como instrumento en el conflicto que tiene con Irán.
Cuando los gigantes se pelean, en este caso Arabia Saudita e Irán, los más vulnerables son los que sufren. Yemen está al borde de una hambruna sin precedentes debido al bloqueo que está ejerciendo Arabia Saudita en su contra porque los huti yemenitas son aliados de Irán.
Alemania y Francia están actuando en favor de una desescalación de las tensiones que tienen al borde de la confrontación directa a Saudiarabia y a Irán.
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