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Caifanes celebrará 30 años en el Zócalo

Agencia | 10/11/2017 | 13:19

El sueño comenzó para Saúl Hernández en el cuarto de azotea de su casa. Ahí tenía su equipo, su grabadora y las ideas en su mente para formar Caifanes, incluso había escrito ya canciones emblema como Mátenme porque me muero.

Veía a Caifanes como el lugar donde podía canalizar con total libertad su locura, 30 años después, el sueño y las ilusiones continúan ahí.

“Sigo soñando que nos vamos a meter a grabar un disco. Todavía nos subimos al escenario y seguimos disfrutando, nos seguimos riendo. A Caifanes le falta mucho, estuvo hibernando muchos años y ahora tiene que recuperar ese tiempo”, comentó en entrevista.

La banda celebra tres décadas. Hoy ofrecerá un show en el Zócalo de la Ciudad de México como parte de la Semana de las Juventudes, acompañado por Sabo Romo, Alfonso André y Diego Herrera.

Con sólo cuatro discos de estudio, Caifanes ha inscrito ya su nombre entre las bandas legendarias del rock en Latinoamérica. Vendieron 300 mil copias de su primer EP, lo que los llevó a grabar su primer disco, Caifanes (1988). En 1989 se convirtieron en la primera banda de rock en llenar dos noches consecutivas el Auditorio Nacional.

Para el productor Mario Lafontaine, especialista en música y creador del arte del primer disco de la agrupación, “la importancia de Caifanes, ante todo, es que fue la primera banda que le tocó el renacer del rock. Tenían influencia de Soda Stereo y The Cure. Se convierte en una banda de culto. En todos lados empiezan a respetarlos”.

Lafontaine señaló que una de las grandes aportaciones de Caifanes es la lírica de Saúl. “Su poesía es depresiva pero esperanzadora a la vez, también con un rollo muy mexicano y expresando sus frustraciones a través de lamentos”.

Al recordar los inicios de la banda y la importancia de Saúl Hernández, Lafotaine detalló que no había una estrella como Saúl.

“Viene a ser como el primer ídolo y se hace un estilo caifán, combinación de punk, con algo semigótico, con tintes aztecas”.

Para Saúl, lo importante es que el sueño continúa vivo. “Sigue esta ilusión que inició hace 30 años y el Zócalo es la reafirmación de ello”.