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salud

Los insectos serán la fuente de proteína en 20 años

Agencia | 10/11/2017 | 12:30

John Chambers, presidente ejecutivo de Cisco que dejará el sillón a finales de año para que lo tome el actual CEO, Chuck Robbins, se une a las voces que apuestan por los insectos como principal fuente de proteínas en unos años, más sostenible y barata.

Si sueles tener un hambre voraz y las proteínas forman una parte indispensable de tu alimentación, más te vale irte acostumbrando a una dieta insectívora, una alternativa para la producción cárnica del futuro a medio plazo por la que claman numerosas voces expertas. A ellas se ha sumado John Chambers, conocido por ser CEO de Cisco durante más de veinte años y que dejará la compañía a finales de año. En el marco de la conferencia Techonomy el ejecutivo afirmaba que “son la forma más limpia y que menos compromete al medio ambiente”, asegurando que los bichos, otrora delicatessen inimaginable en gran parte del mundo occidental, supondrán nuestra principal fuente de proteínas en 20 años, tal vez en 15.

Esta predicción de Chambers, que planea volverse más activo con las startups y que analiza con frecuencia las tendencias y movimientos del mercado actual, coincide con la aparición de compañías como la texana Aspire Food Group, que cultiva grillos para el consumo humano o la apuesta de la cadena suiza de supermercados Coop por una nueva línea de productos basada en insectos, en la que pueden encontrarse albóndigas y hamburguesas elaboradas a partir de gusanos.

Concretamente, la cadena Aspire cultiva sus grillos en contenedores y es manejada por robots automatizados. Chambers recuerda al ecosistema de Silicon Valley que vigile de cerca este mercado innovador para no perderse la transición a un nuevo modelo de alimentación, en el que tendrán destacada presencia las granjas verticales y cultivos hidropónicos, la acuaponía, las carnes in vitro o los productos animales artificiales. Y junto a ellos, platos como la sopa de saltamontes con ajo, los gusanos en salsa o los grillos fritos serán una constante en nuestras cocinas, aunque en la actualidad cerca de dos mil millones de personas en todo el mundo consumen bichos en su dieta habitual.

Insectos, la llave para reducir la producción cárnica industrial

Como apuntábamos de forma reciente, dejar de comer carne roja es uno de los principales puntos de partida para cuidar el planeta. Esto se debe a que esta industria es responsable de un gran despilfarro de agua y emisión de CO2.

En torno al consumo y producción de insectos,  un extenso informe de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura hace hincapié en la importante solución que suponen para paliar el hambre y poder afrontar la superpoblación demográfica, subrayando su contribución a la lucha contra el cambio climático, puesto que cada vez será menos sostenible -y más catastrófico- expandir la superficie dedicada a la agricultura, y además de la escasez de agua, los océanos ya están sobreexplotados por la destructiva mano humana.  También emiten menos gases de efecto invernadero que el ganado tradicional.

Producir insectos es mucho más económico por el abaratamiento de costes que supone su crianza y la reducción de medios logísticos -pueden ser recogidos de forma directa de la naturaleza-. Los bichos más consumidos son los escarabajos (31%) orugas (18%) y abejas y hormigas (14%), seguidos de saltamontes, langostas y grillos (13%), cigarras, saltamontes, chicharritas, cochinillas y chinches (10%), libélulas (3%) y moscas (2%).

En cuanto a su aporte proteico este puede ser, según el insecto, similar o incluso significativamente superior al del pollo o la carne de cerdo, además de aportarnos grasas, proteínas, vitaminas, fibra y minerales. Si todavía desconfías de su sabor o textura, son diversas las investigaciones que apuntan a que el problema es la predisposición y los códigos culturales: este estudio muestra que en realidad, los consumidores encuentran deliciosas a las hormigas, las termitas o los gusanos.