¿Qué tipo contaminación atmosférica puedo tener en mi hogar?

La contaminación del aire en los espacios interiores es uno de los principales riesgos ambientales para nuestra salud. Gran parte de nosotros no somos conscientes de ello, pero si la calidad del aire de nuestras casas no es óptimo y existe además una mala ventilación, podemos acumular un alto nivel de contaminación.

Las consecuencias de esas partículas nocivas contenidas en nuestros salones, cocinas y habitaciones deriva en múltiples patologías que sin duda, no nos serán desconocidas: alergias, patologías respiratorias como el asma, la neumonía o la rinitis, etcétera.

El tema es serio y el impacto hacia nuestra salud, evidente. No obstante, la buena noticia está en que disponemos de adecuadas estrategias para resolver este problema.

La contaminación del aire en los espacios interiores y sus efectos

La contaminación del aire en los espacios interiores puede ser tan nociva como la contaminación exterior. Este es sin duda un dato que puede llamarnos la atención, pero si tenemos en cuenta diversos aspectos entenderemos sin duda la importancia del tema.

 La mayoría de nosotros pasamos gran parte del tiempo en espacios interiores cerrados, como nuestras casas, las escuelas, los entornos laborales…

La calidad del aire no siempre es tan buena como pensamos. Los materiales que nos rodean, la falta de ventilación, el humo, los gases, los ácaros, diversos tipos de bacterias, los contaminantes orgánicos persistentes, los compuestos orgánicos volátiles… Todo ello nos rodea sin que nos demos cuenta.

Esa inhalación continuada tiene serios efectos en nuestra salud.

¿Qué tipo contaminación atmosférica puedo tener en mi hogar?

Productos de combustión: gases y productos derivados de nuestros aparatos de calefacción, cocinas, estufas, refrigeradores y hornos de gas…

Materiales de construcción y mobiliario: el envejecimiento de nuestros muebles, de las pinturas, alfombras etc, deja su impacto en el ambiente.

La humedad de los espacios cerrados favorece la proliferación de las bacterias.

Alérgenos como los ácaros, polen, pelos de nuestras mascotas…

Enfermedades que puede provocar la contaminación del aire en los espacios interiores

La OMS (Organización Mundial de la Salud) nos indica que cada año millones de personas se ven afectadas por los efectos de la contaminación del aire en los espacios interiores, siendo el asma es el principal factor de riesgo.

Al inhalar de forma continuada estas partículas tóxicas es común sufrir reacciones alérgicas o padecer irritación de las vías respiratorias.

Por otro lado, según nos informa la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) las alergias y las enfermedades respiratorias se han duplicado en los últimos años.

Tampoco podemos dejar de lado un dato importante: algunos alérgenos se concentran 5 veces más en ambientes interiores que en exteriores.

El exceso de humedad en ambientes domésticos puede conducir a su vez a la generación de bacterias y al aumento de los dolores derivados de enfermedades reumáticas.

Por último hay un aspecto que no podemos descuidar: la contaminación del aire en los espacios interiores puede ser muy perjudicial para grupos vulnerables como nuestros niños, los ancianos, personas con un sistema inmunitario débil y pacientes con problemas cardiovasculares o enfermedades respiratorias crónicas.

Un ambiente cargado de toxinas es un enemigo potencial para todos, pero en especial para este grupo de la población. Personas que sin duda, todos tenemos cerca.

Los beneficios de los purificadores de aire para los espacios interiores

La contaminación del aire en los espacios interiores puede ser tratada y reducida mediante los purificadores de aire.

Gracias a ellos podremos prevenir reacciones alérgicas y protegernos de enfermedades como el asma o incluso el clásico dolor de cabeza cuando el ambiente de casa está muy “sobrecargado”.

Un aire más limpio es sinónimo de salud y los purificadores de aire son sin duda esos dispositivos esenciales que no deberían faltar en ningún hogar.

Los purificadores de aire nos proporcionan una atmósfera purificada y respirable.
Asimismo, aumentan el confort térmico del ambiente de nuestros hogares.
Además, “aspiran” los humos potencialmente peligrosos para nosotros.
Retiran gran parte de las partículas de polvo, incluyendo pelos de animales, polen, etcétera.
Eliminamos olores desagradables.