Desafortunadamente, la frecuencia con que se están registrando asaltos a todo tipo de negociaciones y la facilidad con que los autores pueden huir después de los atracos, viene a confirmar que San Luis se ha convertido en tierra de nadie para lo que la tan cacareada por el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong coordinación entre las corporaciones policiacas de los tres niveles de gobierno, ha servido para una pura y dos con sal, lo que vino a confirmar dramáticamente el asalto a la joyería de la plaza comercial El Dorado en el que se evidenció una vez más la falta de capacidad de reacción rápida para tratar de atajar a los delincuentes en su huida, además de resaltar la necesidad de una mayor presencia de efectivos de las fuerzas armadas tanto como de agentes federales con los que se pueda armar una buena estrategia de control y vigilancia de las salidas de la ciudad cuando se presentes hechos delictuosos de ese tipo.
Y, es que, por lo visto, los grupos de asaltantes ya agarraron de bajada a la capital potosina por la casi total impunidad con que pueden atracar gasolineras, grandes tiendas departamentales, negocios de medio pelo o cualquier tienda donde se encuentre algo de dinero en efectivo como de tres meses para acá se ha registrado.
Desde luego, la primera impresión ciudadana por la facilidad con que se llevan a cabo y la ausencia de problemas de los asaltantes para huir con toda tranquilidad lleva a atribuirlos a una falta de real y eficiente vigilancia policiaca, percepción que se afirma ante los frágiles argumentos invocados por las autoridades para justificarlos o justificarse.
Quizá por ello, es mucha la gente que extraña los rondines militares que hace tiempo se realizaban por todos los rumbos de la ciudad, presencia que de alguna manera inhibía a los delincuentes y en algunos casos servía para tapar las salidas de la ciudad e intentar detener a los delincuentes ante hechos delictivos de alto impacto como el asalto de ayer a la joyería lo que, sin ser su función, en mucho imponía que estuvieran a la vista, lo que debe servir a los funcionarios del gobierno estatal para valorar la necesidad de solicitar el envío de más efectivos militares a SLP como refuerzo a la seguridad pública con ese fin.
Lo mismo puede decirse de la policía federal que hace tiempo en cierta forma contribuía a la contención del delito con recorridos por la ciudad de algunas de sus patrullas lo que por lo menos, se convertía en riesgo para que los delincuentes actuaran lo que también hacer ver la necesidad de exigir a los mandos centrales de la corporación el aumento del número de agentes federales destacados a la capital potosina pues es innegable que se necesitan pues visto está que nuestros policías parecen especializados en detener a raterillos de sardinas en tiendas departamentales lo que constantemente hacen para inflar sus cifras de aciertos con las que luego Armando Oviedo trata de hacer ver a las corporaciones estatales de seguridad como sucursales de la “justice league”.
Así entonces, como que ya es tiempo de que las autoridades hagan algo porque San Luis deje de ser “tierra de nadie” por lo que sus calificaciones de efectividad luego anden por los suelos y sirva para que la crítica las haga papilla lo que en algo podría remediar un grito de auxilio a la federación.