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Enfermedades mentales: lo que debes saber para eliminar tabúes

Agencia | 09/10/2017 | 10:43

Las enfermedades mentales a menudo son terreno desconocido para muchas personas, pues existen muchos mitos o creencias sobre ellas que no se termina de saber si son falsos o verdaderos.

Para eliminar prejuicios o estereotipos erróneos, así como para eliminar tabúes sobre ellas, es importante que las conozcamos más a fondo.

1. Las enfermedades mentales pueden afectar a cualquiera
Muchas personas creen que son inmunes a las enfermedades mentales o que nunca les tocará sufrirlas, pero eso es algo que no se puede saber a ciencia cierta. Si bien es cierto que es bastante improbable que desarrolles enfermedades mentales severas como la esquizofrenia sin haber tenido síntomas, existen otras enfermedades mentales como la depresión crónica, la ansiedad o los ataques de pánico que pueden desencadenarse de un momento a otro.

Por otra parte, trastornos alimenticios o compulsivos también pueden desarrollarse o incluso sufrirse sin que la persona lo note. Muchas veces, aquello que consideramos como parte de nuestro comportamiento habitual, puede conformar un diagnóstico del que no tenemos idea.

Podríamos incluso estar sufriendo los síntomas de alguna enfermedades mentales sin saberlo, debido a que no hemos visitado a un especialista. Las enfermedades mentales afectan aproximadamente a 1 de cada 5 personas, e incluso aunque no las suframos personalmente, podemos conocer a alguien que las sufra, afectándonos indirectamente.

2. Las enfermedades mentales no son una excusa del comportamiento
Muchas personas creen que las enfermedades mentales son un invento de quien las sufre para tener excusas por su comportamiento o para simplemente llamar la atención, pero lamentablemente las enfermedades mentales son mucho más serias que eso. Las enfermedades mentales pueden causar desde angustia hasta ansiedad o depresión, desencadenando incluso acciones drásticas como el suicidio.

Las personas con problemas de salud mental no encontrarán soluciones simplemente mediante el deseo o cambios de actitud de la misma forma que nadie se cura un hueso roto simplemente queriendo curarlo. Para todas las enfermedades mentales existen tratamientos eficaces con especialistas que son el camino más sensato.

Muchas veces, las enfermedades mentales, como la depresión o la ansiedad, no son causadas por el estilo de vida o la personalidad sino por desórdenes de las sustancias químicas en el cerebro que afectan a nivel de los neurotransmisores. La ciencia puede tratar a dichas enfermedades tan seriamente como a cualquier otra, porque son igual de verdaderas.

3. Los adultos no necesariamente se deprimen más que los niños
Existe una creencia extendida en el campo de la salud mental acerca de que los adultos se deprimen más que los niños. Muchas veces esta creencia radica en el supuesto de que los niños no pueden sufrir enfermedades mentales, un supuesto que no es cierto.

Los niños pueden sufrir enfermedades mentales desde las más comunes como la ansiedad o la depresión hasta enfermedades más severas como la esquizofrenia o el trastorno límite de la personalidad. Incluso, más de la mitad de las enfermedades mentales pueden diagnosticarse en la infancia, debido a que los primeros síntomas se presentan en dicha etapa.

No obstante, es cierto que existen ciertos grupos de riesgo para enfermedades como la ansiedad o la depresión en donde los adultos parecen ser más propensos. Pero esto no quiere decir que el adulto necesariamente debe deprimirse o que es de ese modo debido a factores netamente biológicos. La presión social, la intolerancia, las responsabilidades, el miedo a la soledad o el enfrentamiento al envejecimiento son factores importantes a la hora de explicar por qué pasa.

4. La enfermedad mental no es producto de la falta de personalidad
Los factores que influyen en el desarrollo de una enfermedad mental son muchos. La voluntad o la decisión de terminar con una enfermedad mental muchas veces resulta insuficiente para encontrar soluciones, debido a que las personas no podemos controlar todo aquello que nos afecta.

Las enfermedades mentales muchas veces están causadas por problemas genéticos o por desequilibrios en el cerebro, en donde sustancias como la dopamina, la serotonina o la noradrenalina pueden afectarnos notoriamente. La solución, en estos casos, no depende de la voluntad de la persona sino de la consulta con un especialista.

Las enfermedades como la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad o el trastorno bipolar son enfermedades que muchas veces nacen de una predisposición genética heredada, que puede venir tanto de padres, como de abuelos o antepasados más antiguos. La presencia de estrés postraumático, ansiedad o depresión puede darse en cualquier persona, incluso en aquellas con personalidad fuerte.
 
5. Las enfermedades mentales no te hacen ser una persona violenta
Las enfermedades mentales muchas veces están erróneamente asociadas a la violencia, cuando no necesariamente es de esa forma. Las personas con enfermedades mentales suelen ser más víctimas de la violencia que victimarios. La exclusión, la discriminación o la propia violencia son las que engendran violencia, no las enfermedades mentales.

Por otra parte, existe la creencia de que las personas con enfermedades mentales son más inestables. La realidad es que alguno factores como el estrés o la ansiedad definitivamente pueden afectarnos a la hora de llevar un control sobre nuestras acciones, pero eso es algo que le puede pasar a cualquier persona, aunque no sufra de una enfermedad mental diagnosticada.

Las personas con enfermedades mentales pueden incluso desarrollar métodos, costumbres o prácticas que les permite llevar adelante vidas más ordenadas o tranquilas que las de el resto, debido a que durante mucho tiempo tuvieron que lidiar con síntomas como el estrés o la ansiedad, que para otras personas pueden ser nuevos o desbordantes.

6. La bipolaridad no es simplemente cambiar mucho de opinión
Si bien existen muchas enfermedades o síntomas que todos podemos padecer de cierta forma, como el estrés o la ansiedad, la bipolaridad es un trastorno que va mucho más allá.

El cambiar de opinión todo el tiempo o la indecisión no necesariamente te hacen una persona bipolar. La bipolaridad es un trastorno que puede llevarte de una felicidad maníaca o de sentirte una persona grandiosa, a la depresión profunda, de un momento a otro, afectando a tu vida de manera notoria.

La irritabilidad o los patrones de sueño alterados también son síntomas de la bipolaridad. La depresión seguida de la felicidad extrema o viceversa también son un indicador. Recuerda que si en verdad crees que tienes el trastorno bipolar de la personalidad debes consultar a un especialista para conocer más sobre el tema y buscar soluciones en caso de que quieras hacerlo.
 
7. La esquizofrenia y el trastorno de identidad disociativo son dos diagnósticos diferentes
Muchas personas creen que la esquizofrenia te hace tener muchas personalidades cuando esto no es necesariamente cierto. La esquizofrenia te puede hacer sentir que te persiguen o que quieren hacerte daño, e incluso ver o escuchar cosas que no son ciertas, pero las múltiples personalidades son parte de un trastorno diferente llamado trastorno de identidad disociativo, a menudo asociado a la esquizofrenia debido a conceptos erróneos volcados en el cine, la literatura o la televisión.
Las personas con el trastorno de identidad disociativo suelen desarrollar una o varias personalidades extra como una forma de hacer frente a situaciones traumáticas o a las consecuencias emocionales que conlleva una de esas situaciones. Muchas personas incluso declaran sentirse poseídas por una de esas personalidades que toma el control sin permiso, mientras otros pacientes experimentan lagunas en los recuerdos.

Las causas de la esquizofrenia aún son un misterio para la neurociencia, aunque es probable que sea causada por desórdenes en las sustancias cerebrales como la disbindina, e incluso existen teorías que señalan que la flora intestinal también podría ser, en cierto grado, un factor de importancia.

8. El trastorno obsesivo compulsivo va mucho más allá de ser una persona organizada
Probablemente también has escuchado a alguna persona señalar que es un poco obsesiva-compulsiva o que todos somos un poco obsesivos-compulsivos. El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno severo que afecta gravemente a la vida de una persona.

La persona que tiene trastorno obsesivo compulsivo puede llegar a comprobar hasta decenas de veces que cerró la puerta antes de salir de casa u obsesionarse con ciertos números o con ciertos patrones, llevando un control preciso de los pasos que dan al caminar para que sean impares o de la cantidad de veces que besan a su pareja en un día.

Ser una persona ordenada u obsesiva de la limpieza puede ser una parte de tu personalidad si no lo llevas al extremo. No obstante, si crees que en verdad sufres de trastorno obsesivo compulsivo, la visita a un especialista puede quitarte las dudas o brindarte muchas respuestas.
 
9. La depresión no te hace una persona perezosa, muchas veces se esconde en la rutina
La depresión a menudo es retratada con personas tiradas en un sillón llorando, sin ganas de hacer nada. Pero en muchas ocasiones, la persona con depresión esconde los síntomas, riendo de todo, haciendo chistes o expresando que es feliz, cuando por dentro se siente vacía, inconforme o solitaria.

Las personas con depresión muchas veces llevan adelante una rutina escrupulosa debido a que es la única forma que encuentran de seguir adelante o directamente para ocultar que sufren depresión, debido al estigma social que esta enfermedad conlleva. Las personas que a veces ves que son felices o exitosas pueden estar sufriendo depresión sin que lo sepas.

Por otra parte, las personas con depresión muchas veces sufren depresión sin darse cuenta ellas mismas. Pueden creer que la angustia que sufren son episodios aislados cuando en realidad son síntomas de algo más grande. No obstante, sentir angustia o tristeza de vez en cuando es una parte natural de la vida del ser humano, pues ninguna persona podrá sentirse feliz el 100% del tiempo ni sería saludable, pero si crees que las cosas se están saliendo de control, la consulta con especialistas es la opción más acertada.

Si conoces a alguien que tiene alguna enfermedad mental o trastorno, no debes sentir miedo, temor o dudas al momento de relacionarte, pues son personas, como todos nosotros. La mejor opción siempre es tratar a los demás desde el respeto, tanto a personas que tienen trastornos mentales como a personas que no los tienen.