Luego de realizar un recorrido por la Fenapo unas personas ya entradas en años sacaban sus conclusiones ayer por la tarde en las que coincidieron en que las instalaciones actuales son las mejores y más funcionales que han albergado la celebración del llamado nuestro máximo evento que a lo largo de las últimas cinco décadas ha tenido efecto en diversos lugares de la ciudad con diferentes grados de lucimiento y facilidad para la diversión de los potosinos.
En esa plática relacionada con las condiciones en que se lleva, y llevaba, a cabo la feria, indiscutiblemente, que no hay comparación entre la funcionalidad de las instalaciones actuales que, al estar debidamente bardeadas y delimitadas ofrecen toda la comodidad y tranquilidad a los asistentes para que disfruten de los atractivos con que cuenta, empezando por el pabellón para la exposición comercial e industrial del estado que ahora se puede recorrer sin empujones ni aglomeraciones como ocurría en los que se instalaban en las ediciones pasadas, además de que las vías de acceso son fáciles y ágiles a lo que se añade la disponibilidad de un amplísimo estacionamiento que garantiza la seguridad de los vehículos, facilidad y tranquilidad que no se ofrecían en el pasado.
Por ejemplo, no faltó quien sacara a relucir las ediciones de los cincuentas y sesentas que se realzaron en lo que fue el estadio de béisbol 20 de noviembre que se ubicaba en los terrenos donde actualmente se encuentra la secundaria Jaime Torres Bodet que resultaba incómodo pues los juegos mecánicos y el teatro del pueblo se instalaban en lo que era el terreno de juego aunque en aquellos años el estacionamiento no era problema pues para estaban las diez cuadras a la redonda para dejar las unidades automotrices, además de que la circulación vehicular era mínima pues no cualquiera, a diferencia de hoy, podía adquirir alguna.
Al cabo de unos años alguien tuvo la ocurrencia de realizarla sobre la actual Alameda Juan Sarabia con pésimos resultados pues las arboledas evitaron un despliegue adecuado de los atractivos con tan mala suerte que durante una de las ediciones de la feria en este sitio se derrumbó la rueda de la fortuna de los juegos mecánicos sin contar con que al registrarse las torrenciales lluvias que se registran por estas fechas la gente no tenía dónde guarecerse pues era peligroso cubrirse bajo los árboles por los rayos que podían caer lo que también hizo que pronto se descartara como sede.
Luego pasó la feria a realizarse donde tendría lugar durante muchos años, como fue en los terrenos que colindan con la parte trasera de las oficinas estatales del PRI que por el poco espacio provocó que los centros nocturnos parecieran auténticos tugurios inseguros y el palenque semejara un horrible barracón que se inundaba a la menor lluvia que se dejara caer.
Posteriormente, la feria se trasladó a la calle actual Luis Donaldo Colosio que también pasa frente a la sede del tricolor con extensión hasta el interior de la unidad deportiva Adolfo López Mateos que, por lo disperso de los atractivos luego de una edición dejó de ser opción.
Así entonces, luego de esos años de poco lucimiento, la FENAPO llegó a las instalaciones donde ya se realiza desde hace varios años con las comodidades para los asistentes arriba citadas con un teatro del pueblo para casi diez mil personas y un moderno y cómodo palenque para los que gustan de las peleas de gallos y disfrutar de una buena variedad artística en operación desde hace diez años, lo que deja para comentarios anecdóticos las condiciones de los sitios habilitados para realizar las ediciones anteriores de la FENAPO de cuatro o cinco décadas para acá para las que cuenta con instalaciones modernas y funcionales con seguridad y comodidad para que los asistentes la disfruten tranquilamente y sin temores. Lo que avala la incorporación de nuevos servicios como el de taxi seguro con el que los usuarios tienen la garantía de que no sufrirán abusos en los cobros por su traslado en taxi toda vez que las zonas de la ciudad están perfectamente delimitadas con su respectiva tarifa para evitar que se pasen de listos.
