Los temores que no pocos abrigaron respecto de que, de último momento, los diputados locales se echaran para atrás y por sus purititos calzones se desistieran de derogar el fuero constitucional finalmente fueron disipados con la decisión aprobatoria de eliminarlo cuando pudieron hacerlo aún a riesgo de seguir aguantando la presión social que los empujaba a eliminar tal privilegio aunque tampoco se registraron indicios de resistencias encaminadas a que no lo hicieran razón que invalida los intentos de algunos personajes por arrogarse el mérito de haber sido la influencia decisiva para que se diera este desenlace en el congreso del estado.
A pesar de que varios funcionarios estaban interesados en que no prosperara la iniciativa presentada desde el año pasado por el diputado priista Fernando Chávez proponiendo su derogación y con todo y que la especie de inmunidad que el fuero brindaba al gobernador Juan Manuel Carreras López también pasaría a ser letra muerta no se notaron señales de intentos por “convencer” de cualquier forma a los diputados de que no siguieran adelante de la manera en que los miembros de una legislatura de triste memoria, fueron “convencido$$ para que autorizaran la contratación de un cuantioso crédito pese a que estaba por concluir el sexenio de lo que cínicamente unos delos ex diputados de aquel ejerciciorecuerdan con un dejo de malicia el desfile que hicieron por el despacho principal de la secretaría de finanzas de la que salieron felices luciendo una ancha sonrisa y dispuestos a votarlo aprobatoriamente de lo que gente del staff del titular de entonces todavía comenta en tono de burla al comentar el aire de complicidad que flotaba en la atmósfera de la oficina cuando despedían a los legisladores luego de la breve plática sostenida con su jefe y de una rápida firma de una póliza de cheque aunque, seguramente, con el paso del tiempo lamentarían haber sido “convencidos” luego de ser calificados como cómplices de uno de los más descarados saqueos a las arcas estatales por el que debió enfrentar un proceso, el gobernante que lo contrató por el oscuro destino que tuvo el mencionado crédito.
Incluso, previo a la sesión de este viernes, no faltaron los augurios en el sentido de que funcionarios carreristas podrían operar rápidamente con el fin de exceptuar de la derogación del fuero al gobernador utilizando como carnada para la pesca de los votos necesarios el ofrecimiento entre la bancada del tricolor de impulsarlos a la reelección o de garantizarles una buena chamba al terminar el trienio, cosa que, por la votación unánime registrada en favor de que la eliminación del mismo abarcara al gobernante y funcionarios de primer nivel no ocurrió ni en esa fracción ni en las demás.
Por otra parte, el histórico suceso legislativo desde su origen es de sobra conocido por los potosinos por lo que no hay motivo causa o razón para que los oportunistas de siempre que pululan en todas las manifestaciones y los que andan a la caza de reporteros en busca de ser entrevistados traten de erigirse en los héroes del acontecimiento cuando quedó evidenciado que la influencia más poderosa que empujó la aprobación fue esa sorda presión social ejercida sin estridencia por los diversos sectores de la sociedad civil inconformes con la prevalencia de un privilegio arcaico.
