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La justa indignación ciudadana

Dr. Jaime Chalita Zarur | 24/06/2017 | 11:56

Increíble de todo lo que nos vamos enterando en este valle de lágrimas. Más increíbles son todas las declaraciones de los aludidos diputados, cuando se refieren a los hechos de vergüenza nacional. Brota de sus bocas lo que si pudiéramos ver, nos daría pena ajena, la falsedad y desvergüenza.

Algunos se salvarán, entre mujeres y hombres, pocos, muy pocos, pero a la inmensa mayoría les sale la corrupción por todos lados.

Entre la Auditoría Superior del Estado y algunos diputados, se había tendido una red de corrupción perversa, solo para ir estafando al pueblo, quedándose con dinero que no les correspondía. La indignación llega a donde no imaginamos y los hechos por supuesto, no deberán quedar impunes.

El ex auditor superior del Estado, no contento con lo que había hecho en contubernio con algunos congresistas, queriendo dañar más el erario potosino, signó nombramientos extemporáneos, es decir, cuando ya no estaba en el uso del puesto; quiso dejar a sus alfiles con bases de trabajo y con clasificaciones de las más altas para percibir mejores sueldos, sin demostrar el por qué, pero seguro para tratar de cubrirse la espalda de sus delitos.

No en vano llegó la inconformidad a Ciudad Valles. El 22 de junio, en la manifestación de inconformidad por la gente huasteca, denunciando en plena sesión del Congreso su rechazo por la presencia de quienes nos demuestra cómo la desigualdad entre nuestra gente es enorme. Ellos con la opulencia del erario, los ciudadanos en el olvido total.

Sí, en la capital tenemos espacios de anarquía y servicios de baja calidad, además de una movilidad muy precaria, lo que existe en las diferentes zonas de nuestro Estado es mucho peor, así es que asistiendo quienes componen el Congreso, en medio de tanto escándalo de corrupción; y en lugares en donde son señalados por el abandono de sus representantes, no se podía esperar menos, más que se externara con toda justicia, la inconformidad, misma que terminó en suspensión de la sesión del Congreso.

He comentado en muchos espacios que, cuando se pierde la confianza y, en especial, la del sector público, es casi imposible recuperarla. También me he referido a la indolencia de quienes, abusando del poder, nos hacen correr el peligro de la irritación social y que esta suba de tono hasta convertirse en un verdadero problema de seguridad pública.

El abuso que se ha cometido en contra de los potosinos, en nuestro caso, pero en el caso de la República Mexicana entera, es interminable y está inscrito en las líneas de la historia de nuestro país.

Muy justo es ya, una nueva forma de vida, alejada de la corrupción de los políticos, casi todos ellos.

Indolencia es lo único que vemos en algunos congresistas, además de hipócritas, cuando después de ser evidenciados en sus fechoría y declarado en voz e imagen por uno de ellos, describiendo la red de delincuentes que, todavía aun así tienen el descaro de hacer poses y declaraciones llenas de falsedad, queriendo minimizar o salvarse del hecho que terminan insultando la inteligencia de las personas con lo grueso de su pretendida impunidad.

Irse a su casa es lo que deberían hacer, sujetarse a juicio político, es lo conducente para que proceda el desafuero y se den la investigación sin tráfico de influencias o componendas que dificulten llegar a la verdad de los hechos.

Finalmente, deberían estar en el calabozo quienes resulten responsables de hechos de delito y sean procesados como delincuentes.

jaimechalita@yahoo.com

@jaimechalita.