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¿Por qué darle nuestro dinero a los partidos?

Lupillo González | 15/06/2017 | 01:39

Con el esfuerzo de la ciudadanía que cada día paga de mil formas impuestos, se financia la gran mayoría del gasto corriente de los partidos políticos y sus campañas electorales. Algo que no se puede entender y menos seguir tolerando, es que con dinero público se paguen lujos a los dirigentes y militantes de partidos. No se puede permitir que con el bolsillo de la gente se paguen bacanales y comilonas en lujosos restaurantes, se paguen autos y camionetas de lujo y la gasolina de todos los empleados, como tampoco de vale que se paguen sueldos, lo cual ya se convirtió en otra burocracia más.
 
Es por eso urgente que nos preguntemos: ¿Por qué los partidos políticos en México deben tener menos financiamiento público? Existen claros ejemplos más efectivos acerca del financiamiento en otros países y los potenciales resultados que esto acarrea, mientras se contrasta con el caso mexicano por su escasa efectividad.
 
Actualmente los partidos políticos en todo el mundo centran sus estrategias político-electorales en los consejos de múltiples y costosos asesores de mercadotecnia política. Difícilmente un partido o un candidato escapan a esta tendencia mundial y al uso de diferentes herramientas de mercadotecnia para apoyar sus campañas.
 
Las fuentes de financiamiento para los partidos políticos varían en todo el mundo en función de los precedentes culturales y los estándares legales.
 
En el Reino Unido y Estados Unidos el financiamiento privado de los partidos representa la parte más significativa de los gastos de campaña. Por ejemplo en Reino Unido el financiamiento público es solo del 35% y está más enfocado en tiempos electorales, el otro 65% proviene del financiamiento privado, igualmente pasa con Holanda.
 
En las democracias emergentes existen algunos ejemplos de los diferentes modelos legales, así como de su acatamiento en la práctica. Generalmente, se establece un modelo mixto con financiamiento público y privado, en donde los partidos tienen la obligación de revelar sus fuentes de financiamiento y con una autoridad electoral reguladora. Con más frecuencia que la imaginada, existe un vacío legal relacionado con el incumplimiento de las sanciones o con algún otro mecanismo de aplicación de que dispongan las autoridades ejecutoras. ¿Les suena familiar esto?
 
En España, se aplica un modelo mixto, con financiamiento público otorgado a los partidos políticos para sus operaciones cotidianas y electorales.
 
Los subsidios para campañas son calculados en proporción al número de votos y escaños obtenidos. Los partidos políticos también reciben recursos de sus militantes, donadores privados, como resultado de sus inversiones y operaciones bancarias.
 
Suecia tiene un modelo mixto un tanto peculiar basado en gran medida en acuerdos informales entre los partidos políticos. Por ejemplo, cualquier partido político, candidato u organización puede conducir una campaña electoral.
 
Existen cuatro fuentes principales de financiamiento en Suecia para los partidos políticos: financiamiento público directo, financiamiento público indirecto, aportaciones de su militancia, y recursos obtenidos a través de la celebración de concursos (lotería) conducidos por los partidos y las asociaciones afiliadas.
 
Es por eso que en México se debe revisar a fondo el gasto que realizan los partidos políticos; y más en años no electorales. Tan solo para empezar, las nóminas de los partidos no deben ser pagadas con dinero público, quien decida tener empleados debe pagarlos con las aportaciones de sus militantes.
 
Para conocer más a detalle el comparativo de la financiación pública y privada de los partidos políticos en algunos países de la OCDE visita esta página:
http://www.ifuturo.org/como-se-financian-los-partidos-politicos-de-la-ocde