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Los retos de un crecimiento sostenido

Leopoldo Pacheco | 31/05/2017 | 01:44

¿A qué se le puede atribuir el crecimiento del empleo en San Luis Potosí, cuando hay una clara tendencia de pérdida del mismo en los diferentes estados de la República Mexicana, incluso entre aquellos que son vecinos de esta entidad?
 
San Luis Potosí, en contraste con otros tiempos de su historia moderna, está viviendo un momento diferente a lo que había ocurrido anteriormente cuando las movilizaciones sociales en aras de la lucha por la democracia, que al final también se convirtieron en declarados intereses intestinos y de grupos por mantener el poder o alcanzarlo, tuvieron consecuencias que no se hicieron esperar en el corto plazo. La pérdida de confianza.
 
Hoy los agoreros del desastre continúan atribuyendo los resultados políticos a que la entidad se ubique en un momento de mediocridad en el plano del crecimiento económico, sin embargo los resultados en términos de inversiones y generación de empleo están mostrando otra faceta que debe tomarse en cuenta para poder consolidar proyectos políticos que vayan más allá de los tres años o seis que duren las administraciones, estatales o municipales, no obstante la posibilidad de reelegir nuevamente a estas últimas y a los legisladores, como ocurrirá en el 2018. Ya no es factible la miopía basada en la descalificación a ultranza, y hoy la circunstancia indica que aunque sean verdes, rojos, amarillos o azules, se tienen que conformar caminos que consoliden el crecimiento de esta entidad para que este momento no se diluya como la oportunidad que tuvimos en la manos pero que no quisimos aprovechar por nuestras vanidades o apetitos. Porque tal vez no se repita en otros 30 años.
 
En abril pasado, Querétaro registró una tasa de desocupación (TD) de 4.9 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), la más alta registrada en el estado en lo que va del año, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
 
Por el contrario, los estados de la República Mexicana con la menor desocupación en abril pasado, fueron Morelos, con 1.3 por ciento; seguido de Guerrero, con 1.9 por ciento; mientras que Yucatán y San Luis Potosí, con 2 por ciento, respectivamente; y Puebla con 2.1 por ciento.
 
En el estado de Guanajuato, el indicador del organismo bajó de 4.4 por ciento a 3.5 por ciento en el periodo; mientras que en San Luis Potosí de 2.7 a 2 por ciento, entre abril de 2016 y el mismo mes de 2017, de acuerdo con lo reportado por el instituto.
 
Con inversiones “amarradas” por más de tres mil millones de dólares, San Luis Potosí se enfrenta ahora al reto del crecimiento: contar con la suficiente mano de obra para las nuevas empresas y lograr que el boom económico se note no sólo en la zona metropolitana de la capital, sino también en el resto del estado.
 
Gustavo Puente Orozco, secretario de Desarrollo Económico, habla a El Financiero Bajío sobre sus primeros diez meses al frente de la dependencia.
 
“Ha sido un trabajo complejo, con retos importantes, como dar seguimiento a inversiones que ya estaban en el estado, como es el caso de BMW, además de trabajar para que otras se decidieran por San Luis Potosí, ahora lo importante es seguir recibiendo inversiones y que no haya inconveniente en mano de obra o en infraestructura; también está el trabajo que debemos realizar en el interior del estado, que es parte del esfuerzo que hemos hecho”.
 
Sin embargo sin duda no solamente se trata de garantizar que exista mano de obra calificada, esto implica que en los diversos sectores incluyendo a la clase política a pesar de las grandes diferencias, puedan remar en la misma dirección para poder garantizar que sea una realidad un capitulo nuevo del estado, que presumiblemente sea más claro en cuanto a generar mayores niveles de desarrollo y el poder adquisitivo de las familias sea un reflejo del mismo. No se trata de cifras alegres en donde se hable de que “vamos bien” si eso no se proyecta en el bolsillo de los ciudadanos, y la creación de empleo y desarrollo, puede traer consecuencias que van desde un crecimiento sostenido de la plusvalía, hasta la diminución de la delincuencia común, al bajar de manera real los índices de pobreza de marginación, y sobre todo de desigualdad social. Lo contrario no sería más que demagogia y discursos sin sustento de los cuales la ciudadanía ya está harta. Y hoy más que nunca esas facturas se pagan en las urnas electorales por una población que está francamente desencantada con su clase política.
 
No se puede hablar de que “estamos a todo dar”, aún hay problemas que son muy sensibles hacia la población que se han reflejado sobre todo en las redes sociales, la demanda real de justicia, la demanda real de transparencia, la urgencia de resultados. Son retos que deberán superarse si es que de verdad se quiere un crecimiento integral del Estado.
HASTA LA PROXIMA