Eduardo Lizalde, recibió el premio Carlos Fuentes a la creación literaria en español, que solo se ha otorgado dos veces. Una a Mario Vargas Llosa y otra al nicaragüense Sergio Ramírez.
En el mundo existen innumerables premios de y para la poesía y los poetas. Sin embargo este género ha dejado de ser el primero en las premiaciones del nobel.
Sin embargo frente a la cotidianeidad y sus vacíos estas premiaciones nos recuerdan que existe la poesía. Luz, emoción y sentimientos, sobre la vida el amor o la muerte a través de la palabra.
En su discurso de aceptación el poeta Lizalde, atrajo hacia sus reflectores a otros escritores y poetas también, con lo que se engrandece la percepción sobre la belleza en la literatura.
Cito por ejemplo a Carlos Fuentes y sus obras desde “La región más transparente de aire” hasta “Aura”.
A Octavio Paz,-por supuesto-y su tránsito por la revista “vuelta”. Cortázar, García Márquez y Cabrera Infante, fueron citados también, recreando con esto y dando vigencia a la creación literaria.
Eduardo Lizalde fue iniciado en la lectura por su madre con los libros de Salgari.
Emilio Salgari, fue un escritor Italiano, autor de una gran cantidad de novelas de aventuras, quien termino suicidándose por problemas económicos y por la enfermedad mental de su mujer, una famosa actriz de teatro.
Todo esto sucedió en 191, mientras en México renunciaba Porfirio Díaz a la presidencia y se convocaba a elecciones extraordinarias, según los tratados de Ciudad Juárez.
William Blacke es otra de sus influencias, poeta y pintor inglés, formado y educado por su madre y quien escribía desde niño las cotidianas visiones paranormales de ángeles y demonios que veía comúnmente.
Por supuesto que Borges y Kipling están también entre sus influencias y formación. De ahí que en su obra el tigre aparezca con frecuencia con toda su mítica figura.
El eterno Borges, quien decía: “que de todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo.
El microscopio, el telescopio son extensiones de la vista. El teléfono de la voz, el arado y la espada del brazo.
Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación”.
Ruyard Kipling es el primer premio noble literario de Inglaterra, nacido en la India y autor del “libro de la selva”, autor de poemas, relatos cortos y novelas.
Eduardo Lizalde a sus 87 años tiene un bagaje de participaciones, premios, cargos y puestos de relevancia. Estudio filosofía en la UNAM, su poética personal está catalogada por los especialistas como irónica y aparentemente coloquial.
Es académico de la academia mexicana de la lengua, estudio música y fue director de radio UNAM, de 1971 a 1973. Año en el que aparecieron “los halcones “grupo paramilitar y porril de ingrata memoria.
Los honores al poeta han sido dados por el premio “Xavier Villaurrutia, 1970; el premio nacional de ciencias y artes de 1988; el Iberoamericano “Ramón López Velarde del 2002” y a su poesía, vital, culta, sensual.
De su vieja militancia en el partido comunista de México, solo queda el recuerdo que fue expulsado junto con José Revueltas en 1960.
Fue en un interesantísimo estudio de su obra que Luis Ignacio Helguera nos dio a conocer su obra en la revista “Letras Libres” en 1999.Su antología vital para las letras mexicanas de 1996 a 2017.
Y sus textos en “Cada cosa es Babel” de 1966; “El Tigre de la casa” de 1970; “La zorra enferma” de 1975 y “Caza mayor” de 1979.
De “Tabernario erótico” de 1988, es de una vibrante actualidad “Caja negra”: “La noche cerraría sobre las almas/, todos los sueños, toda la sangrienta memoria/, las pasiones más pútridas/, los amores más bellos/, las más altas traiciones/, los estupros más viles/, los delitos se incrementan/, los amantes perseguidos/, los crímenes también de los impuros, toscos chacales de las urbes…”
