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Filiberto Juárez Córdoba | 04/05/2017 | 15:40
MIENTRAS QUE EL DIPUTADO Alejandro Segovia mantenía su postura de chimoltrufio, que conforme dice una cosa dice otra, y esperaba, según declaró, que la gente de su distrito y sus compañeros de legislatura aprobaran sí se quedaba o se iba de su curul, olvidando que fue él quien solicitó licencia y que él mismo era el que tenía en todo caso que solicitar que quedara sin efecto; también corrió la versión de que estaba en pláticas con otros partidos para irse del PRI, con todo su capital político, bueno, al menos el que cree tener. Al respecto, el dirigente de Movimiento Ciudadano, Eugenio Govea, manifestó que no había acercamientos con el diputado. Para Govea Arcos, “fue muy valiente al expresar su opinión, sin embargo, siempre debe anteponerse un dialogo respetuoso y constructivo para generar acuerdos que beneficien a los ciudadanos”. Agregó que “habrá que esperar a que las aguas vuelvan a su cauce y entonces ver qué futuro decide tomar el legislador, luego de esta experiencia”.
OTRO DIRIGENTE PARTIDISTA, José Luis Fernández, del PRD, al conocer la versión de que Jano podría incorporarse al PRD, dijo que “eso es totalmente falso. Ni ese diputado se ha acercado a nosotros ni tampoco estamos interesados en provocar problemas o más inestabilidad en un Congreso que está dejando mucho que desear y cuyos diputados, al menos algunos de ellos, parecen con más aptitudes para el escándalo y los espectáculos bochornosos que para legislar”. Para que no quedaran dudas, enfatizó, “somos ajenos a la polémica y a las cambiantes decisiones que el diputado ha tomado respecto a su permanencia o no como integrante de la legislatura”.
FINALMENTE FUE EL MISMÍSIMO diputado quien hizo lo que debía hacer, solicitar que su solicitud quedara sin efecto. Aunque no ha explicado porqué solicitó licencia y no ha dicho qué cosas le faltaron para decir no a las presuntas presiones que recibió para separarse de la diputación. Al menos que explique porqué cedió de inmediato a lo que se le exigió, o a qué le tuvo miedo para ceder. El apoyo de algunos de sus compañeros, tal vez pensando que se sentaría un precedente y ante cualquier salida de cauce les podría pasar lo mismo, la polémica en medios y algunas manifestaciones de la gente de su distrito, le devolvieron el valor, pero hubo un momento en que le faltaron, digamos, arrestos. Vamos ver que dice, ahora que se reincorpore al chacoteo, perdón, al trabajo legislativo.
EL PASADO MIÉRCOLES, 3 de mayo, se celebró el Día de la Santa Cruz, también conocido como el Día del Albañil, y el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Muchos pensaron que la coincidencia de fechas se debe a que los periodista, que son lo que ejercen la libertad de prensa, se toman también la libertad de tomar como toman los albañiles, alarifes o maistros de la cuchara. Pero no, porque ellos, además, toman un trabajo muy pesado y laborioso, al que no cualquiera le entra. Otros creen que se conjuntan las fechas, porque ahora el periodismo también se ejerce en los muros, cosa en la que ellos son expertos, pero tampoco, porque los muros que ellos construyen son sólidos y reales y los muros en los que se publican algunas noticias y una gran cantidad de chismes, son virtuales, son los muros de Facebook, y según expertos ya ni siquiera se llaman así, ahora son biografías.
LO CIERTO ES QUE el 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, por la ONU. La fecha se eligió por el aniversario de la Declaración de Windhoek, emitida por los representantes de medios de comunicación africanos, que participaron en un seminario organizado por la UNESCO, en la capital de Namibia, y elaboraron un documento donde se recogían los principios de la libertad de prensa.
AQUÍ SEGUIMOS festejando como Día de la Libertad de Prensa, el 7 de junio. La tradición hace imperar el Día de la Santa Cruz, por lo que el 3 de mayo son los albañiles el eje del convite, convivio y conbebio. NOSOTROS DECIMOS:
Su festejo es ese día
Pues la tradición perdura,
Y siempre es tal la algarabía
¡Que la “cruz” todavía les dura!
