Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

OPERACIÓN LIMPIEZA DE PLAZA DE ARMAS

Miguel Ángel Guerrero | 17/04/2017 | 02:29

Desde hace, por lo menos, diez años la plaza de armas y sus alrededores no se veían despejados de vendedores ambulantes durante la semana santa como actualmente se encuentran ni sin el consabido plantón frente al palacio de gobierno de alguno de los sindicatos de burócratas independientes que, se posesionaban del espacio con miras a ejercer presión a las autoridades para, en el caso de los primeros sacarles permisos para instalarse en sitios privilegiados a cambio de no interferir el paso de la procesión del silencio y por lo que hacía a los plantonistas de siempre buscar arreglos rápidos a problemas de sus agremiados en distintas dependencias, pero, como sea el escenario ha lucido despejado merced a las habilidades operativas de los funcionarios municipales y estatales que lograron mantenerlos a raya, lo que no debemos dejar de reconocer.
 
Por ejemplo desde hace algo así como una década era normal ver cómo los antorchistas invadían como plaga incontenible la plaza de armas convirtiéndola en un gran tianguis de chucherías diversas golosinas y fritangas grasosas bajo la amenaza cantada a todo pulmón a través de los ensordecedores altavoces que instalaban de permanecer en el lugar y bloquear el paso de la procesión si no se les permitía la vendimia en lugares preferentes de la zona con lo que lograron algunos años permanecer en la plaza aún hasta el día previo al magno evento de la semana mayor luego de un arreglo conveniente para sus dirigentes y la advertencia de que en caso de obstinarse se haría uso de la fuerza pública para desalojarlos, lo que, afortunadamente, esta vez no fue el caso pues no se aparecieron por el ombligo de la ciudad y no hubo necesidad de soltarles los permisos que exigían salvo los que el municipio debe haberles otorgado del paquete que concedieron a los ambulantes.
 
En lo que hace al también tradicional plantón de burócratas de sindicatos independientes que por estas fechas se instalaba frente al palacio de gobierno exigiendo respuesta a sus demandas con todo y cartelones y letreros donde ponían como lazo de cochino a los funcionarios estatales, saludablemente para la imagen turística de la ciudad, ahora brillaron, pero, por su ausencia, lo que refleja una operación política anticipada de la gente que ocupa las oficinas de la planta alta de palacio de gobierno dirigida a contener su práctica anual de presionar y obligar que los atiendan mediante la presión de no retirarse del lugar pese a la cercanía de la procesión lo que, incluso, un año del marcelismo provocó que se pensara seriamente en modificar la ruta procesional a fin de evitar el paso por donde se encontraban pues no accedían a retirarse lo que tampoco esta ocasión representó un dolor de cabeza para el gobierno al negociar con la antelación necesaria los asuntos que podrían solucionar a los sindicatos independientes como medida de contención a cualquier propósito de acudir al tradicional plantón lo que demuestra que, tanto el ayuntamiento de la capital como la administración estatal poseen habilidades operativas para anticiparse a los problemas, mismas, que bien podrían utilizar ante la posibilidad de otros conflictos, como los de la inseguridad, por ejemplo.