Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Si no pueden, renuncien

Lupillo González | 16/04/2017 | 01:45

Vamos a dar primero una revisada a la situación que se vive en el país con el tema de la inseguridad. Pronto se fueron cuatro años de la administración del gobierno de Peña Nieto, que en su campaña para obtener votos decía que la estrategia utilizada por los gobiernos anteriores en el tema de la inseguridad y el combate al crimen organizado había fracasado, que le dieran su voto y el combatiría efectivamente el problema, que contaba con estrategias efectivas y eficientes.
 
Aunque el presidente de la república, gobernadores y alcaldes traten de justificar que la percepción es diferente a la realidad, la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el INEGI muestra como en septiembre del 2013 el 68% de la población mayor a 18 años se sentía insegura y en diciembre del 2016 se elevó alarmantemente hasta un 74%.
 
Los lugares donde más insegura se siente la población mayor a 18 años es en el cajero automático, el transporte público, el banco, las calles que habitualmente recorre, el mercado y en la carretera.
 
Aquí en nuestro estado es lamentable enterarnos día a día de actos delictivos de alto impacto, de muertes, de asesinados y de descuartizados a lo que las autoridades salen a “minimizar” el problema argumentando que son por pleitos entre grupos criminales. Cada día la ciudadanía sale a la calle con más temor, la delincuencia inventa nuevos métodos y al saber que los índices de impunidad son del 98% los alienta a incrementar sus malas acciones.
Los potosinos tenemos temor y son muchas las razones que se adjudican a este sentimiento de inseguridad, porque lamentablemente nos ha tocado ser víctimas o haber presenciado conductas delictivas y antisociales. Por lógica,  el miedo ante el delito provoca importante modificaciones en la rutina de la ciudadanía, quienes de plano han dejado de portar joyas, dinero o tarjetas de crédito.
 
Las ráfagas en los llamados antros o incendios en los mismos, hace que muchos jóvenes busquen alternativas más seguras para su diversión y el salir de “reven” como dicen los chavos, es ahora una verdadera epopeya. 
 
Y si a todo lo anterior le sumamos la crisis económica que es mucho más real de lo que el Presidente Peña asegura, por consiguiente los índices de inseguridad subirán. Tan solo en los últimos dos meses en la ciudad capital los robos en casa habitación se elevaron notablemente, con la gravedad que varios de estos se realizaron a casas que están tan solo a unas cuadras de la Casa de Gobierno y el C4 donde es común ver muchos policías, solo que su labor por lo visto es otra.
 
Mientras las autoridades sigan minimizando el problema y no quieran de forma responsable combatirlo y enfrentarlo, será muy difícil que la inseguridad realmente baje. Mientras se sigan culpando entre ellas, el problema crece y afectará dramáticamente la situación en nuestro estado. 
 
El tiempo corre, no deben esperar un minuto más, la delincuencia no espera, los problemas se agudizan y la ciudadanía es blanco cotidiano, es momento de tomar decisiones y simplemente el que no pueda que renuncie.