Ahora que están por llegar los directivos del equipo de futbol español Atlético de Madrid, lo que podría ser la próxima semana para hacer oficial y dar a conocer los pormenores de la sociedad que avalará la incorporación como su filial del equipo local Atlético San Luis, entre los potosinos ha causado un buen grado de satisfacción que el gobernador Juan Manuel Carreras no haya propuesto, ni buscado, que se administración se involucrara como socio en la empresa pues, como hemos difundido ampliamente su participación se limitará a permitir el uso de una cancha futbolera del parque Tangamanga 1 para que entrene el conjunto que jugará con “aroma del Atleti” así como del estadio “Plan de San Luis para entrenamientos y la escuela de futbol que se creará con lo que se garantiza que no saldrán fondos de las arcas estatales para el sostenimiento del conjunto que representará a San Luis y al ibérico en la liga de ascenso con lo que no se expondrá ni afectará el patrimonio de los potosinos y desaparece así el riesgo de que se repitan experiencias pasadas amargas de ver al gobierno metido de empresario, campo en el que, demostrado está, que es bastante malito y, de paso, se borra la posibilidad de que algunos funcionarios quieran o puedan hacer negocio con esa sociedad de haberse sumado como socio inversionista.
Y no eran infundados los temores de la gente antes de la precisión en ese sentido toda vez que son numerosos los casos en los que el gobierno se ha metido de empresario con resultados desastrosos.
En este renglón, por ejemplo, podríamos citar uno de los episodios más antiguos en el que el gobierno fungió como empresario con un saldo para llorar como lo fue aquella ocasión en que el gobierno del profesor Carlos Jonguitud Barrios incursionó en el negocio del transporte urbano al adquirir varias decenas de unidades para prestar el servicio en aquellas rutas radiales y perimetrales mismas que los camioneros nunca terminaron de pagar y algunos ni empezaron a hacerlo acción que se repetiría con el ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá quien en su interinato financió la compra de autobuses para renovar el “carcachento” parque vehicular del transporte que entregó a los camioneros para que los pagaran en cómodos abonos pagaderos diariamente con la morralla que les dejaba la prestación del servicio, queda para la imaginación cómo terminó la cosa.
Sin embargo, quizá el ejemplo más emblemático del fracaso del gobierno como negociante es el de los invernaderos de Santa Rita en el que los manoteos de funcionarios aún son motivo de irónicos comentarios y porque no se olvida que en una etapa el caso provocó la detención y encarcelamiento de algunos y otros personajes vinculados directa o indirectamente; hasta la fecha en las macro cuentas se asienta que es un negocio rentable pero constantemente es centro de escándalos por gente que abusa de espacios en la nómina además de que nunca se da cuenta puntual de las utilidades aunque sigue operando normalmente.
Empero, en función del trato con el equipo español y el Atlético de Madrid el gobierno no dará cuerda a los escépticos metiendo al gobierno como socio en el negocio para hacer filial al Atlético San Luis, para decepción de muchos que ya se alistaban para hacerlo cera y pabilo por haberse metido a esa aventura.
