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La verdad nos hará libres

Dr. Jaime Chalita Zarur. | 13/04/2017 | 01:23

Ambición por dinero y poder, es la nueva forma de  esclavizar a las personas. 
 
Cuánto sufrimiento e ignorancia para los mexicanos que, engañados en nuestras libertades, caemos en la mentira. 
 
Las libertades, en su inmensa mayoría, en realidad se van limitando. Aún cuando en la legislación se busca mayor participación ciudadana y control del destino común, para evitar más hurtos que empobrecen a México, en la realidad suceden atrocidades que terminan con la vida de quienes a través de la profesión, informan y defienden  la libertad de expresión, formando opinión pero también, ello invita, a quienes se sienten afectados, para limitar nuestras formas de defensa. 
 
Bien venidas las redes sociales que nos dan la oportunidad, con responsabilidad y, en beneficio de la sociedad, de ejercer la libertad de expresión, pero también el peligro de ser, literalmente asechados para perder la vida.
 
Muchos, en el oficio y profesión de la libertad del periodismo, han perdido la vida. Todo en razón de haber descubierto "algo" que le fue incomodo para alguien.
 
La muerte de cualquier persona se convierte, aún cuando honorable, en la sospecha de estar inmiscuido en algo turbio, aún cuando su existencia, hasta el momento de terminada, se tratase de una persona honorable. La vida de cualquier persona que muere violentamente puede incurrir en la sospecha o, posiblemente y, mejor dicho, en aceptación por miedo, que se mueren por malos manejos de su vida. Muy conveniente para despreocuparnos del destino común y, pensar que jamás nos alcanzará una tragedia, pues nuestras vidas se consideran honradas y, por tal motivo nada nos puede pasar. Falso.
 
La impunidad, nos mata más que las balas. Nada más erróneo que calificar los hechos sangrientos, como aislados o, desacuerdos entre malhechores. No es más que la manifestación de la incompetencia de salvaguardar la integridad de quiénes se mantienen de sueldos no ganados verdaderamente. Todos, somos sujetos de sufrir lo  que no se desea.
 
Los valores han quedado solo en el discurso y en letra muerta. La práctica de ellos, es otra cosa. Para algunos resulta hasta cursi, hablar de la puntualidad, de la honradez, del amor y, hasta del respeto a la vida. Todos están en desuso, los hemos perdido persiguiendo ejemplos de riqueza mal habida y a la fuerza. 
 
La formación de origen está mal lograda. La ciencia, la tecnología, nos ha dejado mal acostumbrados. La facilidad con lo que todo se puede hacer, es mal consejera. El esfuerzo y su cultura como signo de progreso, queda atrás y no es más actual. Nada malo con ello, en tanto exista la ética en la práctica y la moral en la conducta; tampoco existen más, ya no están en el vocabulario de muchos. 
 
El Pais y, muchas partes de Mundo, pero a nosotros nos importa México, están inmersos en prácticas de corrupción, de hurto, asesinatos, persiguiendo el dinero y el poder, dos elementos de común denominador como signo de los tiempos que se viven. La opulencia y el despilfarro, parece que debería seguir siendo sostenido por muchos, para que unos cuantos puedan gozar. Algunos dirán que es la historia de la humanidad y, tal vez tengan razón pero, los cambios se hacen necesarios y, este es el momento. No es posible seguir aguantando cada día noticias que ya no lo son, de sangre por todos lados que ya ni siquiera dejan dolor en los afectados y la capacidad de asombro se ha perdido en los ajenos. A dónde vamos así.
 
Los liderazgos, ausentes de verdad, se habrían fijado en los independientes. Tampoco resultaron; ninguno ha podido sobre pasar  un sistema político y económico, totalmente rebasado, acabados que, solo dejan incomodidad e inconformidad generalizada. El populismo es un camino erróneo, los mexicanos no necesitamos limosnas, lo que necesitamos son oportunidades de riqueza, las mimas que no llegan por qué es muy conveniente tener clientes electorales que reciben cualquier cosa por su condición de necesidad.
 
La Patria y sus benéficos de cualquier índole, parece ser solo para una clase social infinitamente muy pequeña y superior a los demás, pero con la distinción que solo son unos cuantos.
 
Educación, salud, salario digno y de bien estar, vivienda, seguridad, rendición de cuantas, transparencia, lucha a la corrupción, muerte a la impunidad, siguen siendo pendientes en la agenda de la política nacional, la misma que deberían dictarse desde el alma misma de la Republica, las Cámaras, la Alta y la Baja, en ejercicios de conductas verdaderamente republicanas y claras, para darse cuanta los legisladores que, lo que debe contar es el pueblo y ello somos todos, hasta ellos, los políticos. 
 
Habría que abandonar los intereses partidistas y personales, habría que ser verdaderos PATRIOTAS. 
 
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@jaimechalita