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Corrupción e impunidad política

Jorge Armendáriz Gallardo | 13/04/2017 | 01:02

Países como el nuestro luchan todos los días contra las adversidades, naturales, sociales y económicas, para buscar mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y tratar de empatar estas con las del resto de los moradores del planeta.
 
Existen 2 pestes modernas que unidas son letales para cualquier país, la corrupción y la impunidad; en México estas han causado muchísimo daño durante generaciones, en un principio por el régimen político que estuvo presente por más de 70 años y dentro del cual se construyó una “regla no escrita” de valores entendidos, trasladar el poder a un incondicional que lo recibiría y agradecería de muchas maneras, una de ellas encubriendo las acciones y omisiones de su predecesor, en el entendido de que alguien más lo haría por él a su salida.
 
Esta práctica sigue presente hoy en el sistema político mexicano, cuando el resto de los partidos la adoptó como “receta” para perpetuarse en el poder y salir ileso de señalamientos. Durante décadas vimos cómo se operó, dejó impunes a cientos de “personajes” que hoy son los ídolos de la “nueva clase política” que buscará logra estas proezas que quedaron escritas en los capítulos más oscuros de la historia de México.
 
El caso más claro es el de los ex gobernadores de Veracruz y Tamaulipas, Javier Duarte y Tomas Yarrington, quienes a la llega del PRI a Los Pinos en el 2012, “se engallaron” y en el caso de Yarrington, salió de la madriguera donde se escondía ante los señalamientos de saqueos a instituciones, para contrademandar a sus acusadores con el apoyo de su partido en el poder. También Javier Duarte hizo gala de sus excesos y abusos aún en el poder, donde era señalado pero nunca llamado a cuentas.
 
Es hasta la llegada de un partido diferente al suyo (PAN) al gobierno de esos estados, que estos 2 personajes ahora son inculpados con pruebas contundentes (que siempre existieron) de millones de pesos de desvíos, abusos y denuncias, se ejecuta acción penal en su contra, para dar como resultado la fuga de ambos y la captura de uno de ellos por parte de la Policía Internacional en Italia, Yarrington, quien hoy deberá rendir cuentas en Estados Unidos donde se pide una pena de 2 cadenas perpetuas y en México solo 20 años por los delitos que cometió. Duarte sigue prófugo y seguramente en vías de negociar un acuerdo para evitar una sanción enérgica antes de ser capturado o entregarse a la justicia.
 
Corrupción al más alto nivel, impunidad de los partidos políticos y sus incondicionales, que los protegen hasta que pueden (como ley interna) y formando parte de esta cadena de encubrimiento político que en nuestro país es ya una terrible tradición.
 
Todos estos cambios que hoy podemos ver son a causa de los pequeños, pero permanentes pasos que se han dado en los últimos 15 años, para que quienes ostentan una responsabilidad pública sean obligados a la trasparencia y rendición de cuentas, ejemplo que podemos ver en estos 2 ex gobernadores a quienes vimos en fotografías en las boletas electorales, para después verlos en fichas de la Interpol para ser capturados en otros países, ya que aún en esta condición en México son encubiertos por las autoridades emanadas de su partido hasta el último momento.
 
Corrupción e impunidad, grandes males que fueron, son y seguirán siendo un lastre para la educación, la seguridad, la salud, la economía de todas las familias mexicanas en razón de los valores entendidos de la clase política que accede al poder para enriquecerse y heredar el poder a quien sabrá cuidar sus espaldas y así hasta que llegue otro partido político, para repetir la misma historia nuevamente.
 
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