Pedro Félix Gutiérrez Turrubiartes. | 13/04/2017 | 00:59
Ven, me dijo, vamos a sentarnos un rato y conversamos ahí en una banca de la iglesia catedral. El sol esta inclemente y necesito descansar.
Su atuendo la desmejoraba mucho, y el teñido de su pelo, de rojo exuberante, ahora era gris, rubio y negro. Saco un pequeño pañuelo de lino y se cubrió la cabeza.
Fue hace mucho tiempo, que participamos en este trabajo, los cuadros se caían de viejos, igual que las estatuas y los nichos llenos de polvo y telarañas. Dijo sonriendo y respirando profundo.
Entonces decidimos organizarnos y buscar apoyos para sanear los templos y restaurar las obras. Fue una difícil e ingrata tarea - ¿A quién se le ocurre verdad? –
Un patrimonio cultural de los potosinos, localizado principalmente en templos, museos y colecciones particulares es la pintura con tema religioso.
Es un verdadero tesoro artístico que va desde los populares exvotos – pequeñas pinturas de agradecidos fieles- Hasta las obras de gran formato que cubren las paredes de templos y sacristías.
La pintura religiosa que hoy podemos disfrutar es de los siglos XVII y XVIII. De muy diversos autores conocidos unos e ignorados otros. El tiempo todo lo borra y el descuido más.
Descubrir este patrimonio, luchar por su conservación para conocimiento de la población y ahora del turismo ha sido obra de muchos potosinos amantes del arte y la cultura.
La base de la que partimos nosotras-un grupo de mujeres con más voluntad que conocimiento- fue la obra del Dr. Salvador Gómez Eichelman,de Jesús Motilla Martínez, y el dedicado trabajo de Rafael Morales Bocardo.
Y por supuesto el grupo que formamos bajo la guía del padre Rafael Montejano y la incansable Rosita Villa de Mebius, llamado Pro- San Luis Monumental.
Gracias a ellos supimos de la influencia de las escuelas europeas y las corrientes artísticas que se reflejan en los trabajos de los pintores Novo-hispanos, que luego darían forma a la escuela Virreinal mexicana.
Fue el primer intento serio, formal y de gran intensidad para reconocer, identificar, catalogar, retratar y posteriormente exhibir y cuidar este enorme patrimonio potosino.
Ya hace muchos años de eso, yo enviude, mis hijos me dejaron, la casa era muy grande y la vendí con todo, creo ahora es un banco ahí en Carranza. Y me hice monja.
Ahora me toca llevar alimentos para los pobres en el comedor de ahí del jardín de San Francisco. Y en las tardes ayudo en la misa de los carmelitas, camino mucho por el centro de la ciudad. Así me mantengo viva.
Como en todos los pueblos el arte cristiano está íntimamente unido a la liturgia y a la sensibilidad popular, México es un pueblo católico.
En San Luis Potosí, el arte religioso entro por la huasteca y medio siglo más tarde por la región del altiplano, por Salinas del peñón blanco.
Pero fueron las ordenes monásticas de religiosos que se establecieron en el Valle de San Luis, las principales promotoras del arte sacro.
Así Agustinos primero, luego Franciscanos, los Juaninos y los Mercedarios, los Jesuitas, Dominicos y Carmelitas impulsaron estas obras, contrataron pintores, escultores, talladores de maderas y un sinnúmero de auxiliares para realizar sus obras.
Se sabe que la pintura religiosa como método pedagógico de divulgación espiritual fue impulsado por San Gregorio, doctor de la iglesia en el S. VI.
Él recomendaba que las iglesias se llenaran de pinturas para predicar entre los que no sabían leer. Tener un lenguaje común entre españoles y nativos en Nueva España fue la meta.
Al parecer un cuadro de la Virgen de Guadalupe de Lorenzo de Piedra, de 1625, venerada en el Santuario del Desierto es la de mayor antigüedad entre las obras que existen del S.XVII en San Luis.
Esta obra fue robada y recuperada tras ardua investigación.
Pero mucha otra no ha sido recuperada jamás, otras fueron destruidas por las sucesivas guerras que en la historia del país han sucedido, con los consecuentes saqueos, incendios y destrucciones de templos capillas y conventos.
Son las iglesias de los antiguos reinos indígenas ahora barrios del municipio donde radican las obras a expensas de la nada, pues se tiene noticia de que muchas de estas se irán a Guadalajara.
Porque aquí no hay espacio para exhibirlas y cuidarlas.
Tienen obra para disfrutarse: San Sebastián, El Templo del Saucito, La iglesia del Carmen y la Catedral metropolitana, el Santuario de Guadalupe, el templo de San Francisco, El Montecillo, La iglesia del Carmen, la parroquia del sagrario, y la Catedral metropolitana.
Mira, pedro, ven, ahí viene el padre de aquí de Catedral, vamos a saludarlo y a ver que te platica- yo me tengo que ir, ya es tarde y aún tengo muchas cosas por hacer. Estoy ayudando a Lupita con lo de la procesión del silencio.
Si! Claro hay varias obras escritas sobre la pintura religiosa de nuestros templos. Ahora que termine la semana santa, viene y vemos de prestárselos para que los consulte y vea -dijo el sacerdote-.
Me encamine a la salida, respirando incienso mezclado con olor a flores. Mientras ellos se encaminaban a la sacristía, me quedé observando a los feligreses.
Voces bajas, toses contenidas, miradas extasiadas de temor y recogimiento, pasos silenciosos y los ademanes del signo de la cruz y la inclinación de la rodilla, al entrar al templo…
